La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

martes, 29 de junio de 2010

El Mito de Hércules

Hércules Farnesio. Nápoles, Museo Arqueológico nacional

Por Leonardo Venta

Heracles ó Hércules es en la mitología griega un héroe semidiós, célebre por su fuerza y cuantiosas legendarias hazañas. Es identificado también como Alcides, cuya representación típica lo muestra empuñando una clava. Este sobrenombre lo toma Hércules de Alceo, su abuelo.

Hijo de Alcmena y de Zeus, su padre mortal es Anfitrión. Una noche en que Anfitrión se encontraba ausente, Zeus tomando la forma de Anfitrión se unió con Alcmena. De esta unión nació Hércules.

Creonte, el rey de Tebas, casó a Hércules con su hija Mégara, para honrar su valentía. Hera, por su parte, deseaba que abandonase Tebas y fuese a Argos para servir a Euristeo. La diosa provocó un acceso de locura en Hércules, bajo el cual asesinó a sus hijos y a los de Íficles, su hermanastro. Cuando Hércules recuperó la razón repudió a Mégara entregándola a su sobrino Yolao y partió para expiar sus crímenes.

El héroe que siempre va más allá del límite humano, se dirigió a Delfos, donde la Pitia le aconsejó que primero se cambiase el nombre. Fue a partir de entonces que pasó a llamarse Heracles, que significa gloria de Hera. Después se encaminó a Argos para purgar su trasgresión y se puso al servicio de su primo Euristeo, Rey de Micenas, quien le impuso el desafío de afrontar doce difíciles pruebas: los doce célebres trabajos o hazañas de Hércules.

Tras superar dichas arduas pruebas se consideraría purificado y se le otorgaría la inmortalidad. Antes de ponerse al servicio de Euristeo, Heracles fue convenientemente equipado por los dioses. Atenea le obsequió una túnica; Hefesto, una armadura; Hermes, una espada; Poseidón, caballos; así como Apolo le otorgó un arco y unas flechas envenenadas.

Existen otras versiones del mito que explican por qué Heracles aceptó someterse a las pruebas que le imponía Euristeo, un hombre al que consideraba muy inferior. Se dice que lejos de sentir aversión por Euristeo, estos trabajos fueron realizados para demostrar su amor por él, ya que eran amantes. También existe la versión de que Heracles se sometió al Rey de Mecenas para obtener el perdón para su padre que permanecía en el destierro.

El mito de Hércules o Alcides encierra una relación muy estrecha con el de Atlante. La fuerza desmedida de Alcides es análoga al enorme castigo que soporta Atlante, condenado a cargar para siempre sobre sus espaldas la tierra y el firmamento y en sus hombros la gran columna que los separaba.

Por otra parte, emular con la sabiduría divina implica un esfuezo 'titánico' o 'hercúleo'. Afirma el erudito Alfonso Méndez Plancarte en sus notas a Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz: "...¿cómo podría esa misma flaca razón enfrentarse a todo el conjunto de tan inmensa espantable máquina [la complicada estructura de todo el Cosmos], cuyo tremendo peso incomportable – si no estribara en su centro mismo, que es la Omnisapiencia y Omnipotencia de Dios — agobiaría las espaldas de Atlante y excedería a las fuerzas de Hércules, de suerte que el que fue bastante contrapeso del Cielo [cualquiera de estos dos personajes, que sostuvieron en sus hombros el firmamento] juzgaría menos pesada y grave esa mole, que la faena de investigar la Naturaleza...?".

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