La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

viernes, 27 de octubre de 2017

Tragedia y esperanza en el teatro histórico de Antonio Buero Vallejo

"El tragaluz", de Buero Vallejo, un duro dilema de la libertad de expresión bajo la dictadura de Franco
Por Leonardo Venta

"Escribir  teatro  histórico  es reinventar la historia sin destruirla".
Antonio Buero Vallejo

                Antonio Buero Vallejo (1916-2000) fue un dramaturgo de ingeniosa valentía en un tiempo difícil. Iluminó oscuridades con la penetrante intrepidez de la verdad y el ingenio artístico. “Escribo de las pobres y grandes cosas del hombre; hombre yo también de un tiempo oscuro, sujeto a las más graves pero esperanzadas interrogaciones”, afirmaba. 
"El tragaluz" –una de las mejores creaciones entre sus casi treinta obras teatrales– aborda la funesta experiencia de una familia española en la etapa de la postguerra y que se extiende hasta alrededor de tres decenios más tarde. Si bien, este infortunio familiar, arquetipo de toda una sociedad, modula una crítica subrepticia al régimen de Francisco Franco, así como devela, entre otros elementos, la distorsión de la historia, el pasado colectivo, en el ámbito de uno de los más nefastos episodios de la historia española.
La pieza teatral, cuyo estreno se realizó en 1967, es presentada como un experimento conducido por dos narradores en un tiempo futuro, Él y Ella, los cuales valoran y seleccionan los eventos y pensamientos del pasado. Al levantarse el telón, ya existe una trama preexistente, que será manifiesta a través del diálogo.
Un matrimonio y sus tres niños –Vicente, Mario y Elvirita– esperan el tren a Madrid. El transporte, difícil de abordar, llega repleto de soldados. El padre le entrega a Vicente –el mayor de los chicos– un saco con las únicas provisiones de la familia para que se adelantase a subir al ferrocarril. La bolsa contenía la leche de Elvirita, único alimento de la pequeña de 2 años, viva imagen de los cientos de miles de españoles que fueron víctimas en esa época de la impresionante privación de bienes básicos de consumo. 
Vicente consigue abordar uno de los vagones, pero al resto de la familia se le imposibilita la operación debido al apretujamiento y poca capacidad en el vehículo. El padre, al percatarse de esto, le ordena apearse, pero Vicente no le obedece y sigue su curso solo. Unos días después, la niña muere de hambre y el padre enloquece. 
Al transcurrir los años, el matrimonio, ya mayor, y su hijo Mario viven en un semisótano donde hay un tragaluz, símbolo de una visión parcial de la realidad, intersticio de comunicación y separación entre el sombrío recinto donde habitan (el mundo interior de los personajes) y la realidad exterior. La familia no admite la verdad sobre el suceso que le ocasionara la muerte a Elvirita. Se inventa otra versión, la cual sugiere que Vicente no pudo bajarse del tren porque los soldados se lo impidieron.           
Mario se convierte en un escritor sin éxito que evade el ambiente materialista y corrompido que le rodea. Para él, el mundo está integrado por devoradores y devorados, acercamiento análogo al pesimismo contemplativo de Schopenhauer, el cual le inmoviliza. En contraste, su hermano, dueño de una exitosa editorial, exterioriza un espíritu práctico. No le importan los medios para obtener sus propósitos. Vicente, a lo largo de su vida, ha elegido el tren; Mario, el tragaluz.

El Padre, especie de dios temible, mata con unas tijeras a su propio hijo

Al final de la obra, el hermano mayor, agobiado por la conciencia que nunca dejó de atormentarlo, confiesa el haber asesinado a Elvirita mediante la acción deliberada de no bajarse del tren. Desde su racional demencia, el Padre, especie de dios temible, mata con unas tijeras a su propio hijo, símbolo del mal que hay que eliminar para consumar la justicia poética. Si bien, dentro de la complejidad temática de la obra, Vicente es, al igual que el resto de los personajes, víctima de un sistema opresor. Él procura el perdón paterno, y, a través de la confesión y su propia muerte, exonera su hybris (transgresión). La verdad, aunque trágica, lo libera mediante el consiguiente castigo catártico.
Para Buero Vallejo, la tragedia –que desde la Grecia clásica ha tratado de mostrar los sufrimientos como consecuencia de los errores– bien pudiera ofrecer una salida. Los conflictos entre la libertad y la necesidad, el ser humano y la naturaleza, la razón y los instintos pueden tener solución. La evolución de los personajes buerianos ilustra la lucha por hallar un significado a la existencia. Para él, la trama no puede ser considerada pesimista sólo por el hecho de mostrar sufrimiento y angustia.
El recipiente del Premio Cervantes 1986 –que aprovechó admirablemente todo resquicio que le confiriera la censura franquista– desenmascara y acorrala con "El tragaluz" la injusticia y la mentira. Ingresa en el aposento donde se resguardan y, con la prodigiosa daga de Melpómene, las apuñala, de la misma manera que el Padre, en su papel de divinidad justiciera, acuchilla a su hijo, para, con el sacrificio de su muerte, devolver –afianzado en la verdad– el orden a la subyacente "tragedia esperanzada", oxímoron con que el propio Buero Vallejo definiera la eterna lucha entre lo trágico ineludible y el inmarcesible regalo de la esperanza.  

domingo, 22 de octubre de 2017

A Warren Hampton, profesor predilecto

Dr. Warren Hampton (La Habana, 1926 - Tampa, 2007)

Por Leonardo Venta

Con inmensa tristeza recibí la noticia de la muerte de mi buen amigo-maestro Dr. Warren Hampton. La novedad me dejó agitando lentamente la mano en huérfano y lánguido gesto de despedida.
El doctor Hampton, como era conocido entre sus estudiantes y colegas de la Universidad del Sur de la Florida –el último plantel donde ejerció su largo magisterio de 50 años–,  abordó el  21 de septiembre de 2007, meses después de convertirse en octogenario, la nave que le portearía sobre las plañideras aguas del río Aqueronte hacia el irremisible Hades.
Cuando le conocí, en la década de 1980, me parecía imposible que alguien con un nombre y apellido tan rotundamente sajón pudiese hablar un español tan perfecto y con acento tan exquisitamente cubano. Sin embargo, el doctor Hampton, hijo de Warren – estadounidense– y Blanca –cubana– llevaba el nombre y apellido anglo de su padre; y, en el alma, a La Habana que le vio nacer un 30 de octubre de 1926, y que tuvo que abandonar para siempre un 22 de septiembre de 1960.
Habría que haberlo escuchado disertar sobre el poema “Al Partir” de la Avellaneda, para entender cómo su alma aprisionaba el sentir de los versos de la poetisa cubana: “¡Hermosa Cuba! tu brillante cielo / la noche cubre con su opaco velo, / como cubre el dolor mi triste frente”. Ese fue el Hampton patriota que hemos conocido y amado los cubanos del exilio.  
Mi primera clase en la Universidad del Sur de la Florida, en el 2002, la tomé con él. Por aquel entonces, ya Hampton dialogaba con la edad en que el retiro era tema ineludible. Vino el 2003; y con él, el adiós a la enseñanza. Fui su alumno hasta el último instante. Examinaba sus gestos, sus poses, sus comentarios, sus encantadoras disgregaciones, con el apetito ávido de quien graba en su mente las memorias de un ser admirable.
             Con gran celo conservo un libro que me obsequiara con la siguiente dedicatoria: “A Leonardo Venta, alumno predilecto". Desde mi pupitre de exilio, nada etéreo, le devuelvo a usted, Sr. Hampton, su amable gesto. No le puedo dedicar el libro que nunca he publicado, sino estas sinceras líneas que se elevan reverentes en dirección al inmarcesible recinto donde sé usted habita ahora: "A Warren Hampton, profesor predilecto".

El musical sobre la vida de los Estefan se presenta en Tampa

Christie Prades, en el papel de Gloria Estefan, baila junto a Adriel Flete y otros integrantes del elenco de "On Your Feet!". Foto: Matthew Murphy

Por Leonardo Venta

            Tras 746 presentaciones a teatro lleno en Nueva York, el musical de Broadway "On your feet!" –que resalta los momentos culminantes de la vida y la carrera artística de Gloria y Emilio Estefan– hace en Tampa la tercera parada de una gira por 31 ciudades de Estados Unidos que comenzó en Miami el pasado 5 de octubre, culminó ocho presentaciones en Orlando el domingo, 22 del mismo mes para concluir en el otoño de 2018 en el Teatro Golden Gate de San Francisco.
            En el espectáculo –que se presentará en la Sala Morsani del Straz Center de Tampa, del 24 al 29 de octubre, a las 7:30 p.m., con matinées el sábado y el domingo a las dos de la tarde– se interpretan los éxitos musicales que llevaron a Gloria Estefan a la cumbre, entre ellos "Rhythm is gonna get you", "Conga", "Mi tierra", "Get on your feet", "Don’t want to lose you", "1-2-3", "Reach", "Coming out of the dark", además del emotivo y bello tema "If I Never Get to Tell You (Si nunca llego a decírtelo)", compuesto por Gloria y su hija Emily para este musical. 
            Ganador de dos premios Tony, el director teatral Jerry Mitchell, comanda a un estelar elenco de actores, cantantes y bailarines bajo la dirección coreográfica del colombiano Sergio Trujillo, quien debutara en Broadway con "Jersey Boys" y recibiera en 2015 el prestigioso premio "Laurence Olivier" como mejor coreógrafo teatral. El libreto es de Alexander Dinelaris, ganador del Oscar por el guión del muy premiado filme "Birdman".
            El exitoso diseñador dominicano Emilio Sosa es el creador del colorido vestuario; la iluminación y el sonido están a cargo de Kenneth Posner y Steve Kennedy, respectivamente. Lon Hoyt pilotea la nave musical que cuenta con arreglos realizados por Emilio y Gloria Estefan, así como del gran pianista y arreglista puertorriqueño Oscar Hernández, con la participación de varios exintegrantes del grupo hispano Miami Sound Machine, con el que Gloria adquirió fama como vocalista durante la década de 1980, antes de ser conocida internacionalmente como solista.
            Nominado siete veces a los premios "Outer Circle Critics", distinción que conceden los medios de prensa, radio y televisión a las producciones teatrales estrenadas tanto en Broadway como en off-Broadway; candidato en tres oportunidades a los premios "Drama League", que muchos consideran la antesala de los lauros más valorados en el ámbito teatral estadounidense –los premios "Tony", para los cuales también obtuvo una candidatura– el aplaudido musical bilingüe , que se estrenó en el neoyorquino Marquis Theatre el 5 de noviembre de 2015 y tiene una duración aproximada de 2 horas y 15 minutos, estará protagonizado en sus presentaciones en Tampa por la cubanoamericana Christie Prades, en el papel de Gloria, y el actor de televisión mexicano Mauricio Martínez, interpretando a Emilio.
            Complementan el elenco Alma Cuervo (en el papel de Consuelo, la abuela de Gloria), Jason Martínez (José Fajardo, el padre de Gloria), Nancy Ticotin (Gloria Fajardo, la recientemente fallecida madre de la cantante cubana), Amaris Sánchez y Carmen Sánchez (turnando el personaje de la protagonista en su niñez), así como Kevin Téllez y Jordan Vergara, alternando los personajes de Nayib, el joven Emilio y Jeremy.
            Entre los miembros del reparto, tuvimos el privilegio de dialogar brevemente con la tampeña Alma Cuervo, cuyo personaje es la amorosa y cómplice abuela materna de la intérprete de "Con los años que me quedan". Entre otros comentarios valiosos, nos aseguró que para ella este musical "es una oportunidad de demostrar a la nación cómo los hispanos en Estados Unidos trabajan y tratan con toda su alma de realizar 'el sueño americano', así como vivir con libertad, valores y principios, orgullo y felicidad".

La actriz Alma Cuervo, natural de Tampa, caracteriza a la abuela materna de la intérprete de "Mi tierra"
            La artista de 66 años, cuyo talento la llevó a ganar el Premio Obie por su actuación en "Uncommon Women and Others (Mujeres poco comunes y otras)", de la dramaturga neoyorquina Wendy Wasserstein, nos confesó con satisfacción: "Yo soy la única actriz que ha estado en esta obra desde el primer día en que ocho actores leímos el libreto y cantamos juntos en Nueva York, en 2014. En aquel encuentro, Gloria y Emilio Estefan escucharon su propia historia (escrita por Alex Dinelaris) y fue algo muy emotivo para ellos. Ahora, todos nos hemos compenetrado muy bien y todavía seguimos inspirados y encantados con esta obra",
          La señora Cuervo, también ganadora del Premio Barrymore de Filadelfia a la Mejor Actriz por su trabajo en "The Beauty Queen of Leenane (La reina de belleza de Leenane)", ópera prima del dramaturgo y realizador angloirlandés Martin McDonagh, nos emocionó con el siguiente comentario final, pronunciado desde uno de los rincones más sensibles de su alma: "Después de haber actuado en este musical por casi dos años en Nuevo York (y Chicago), no sabía si quería emprender esta extensa gira por tantos lugares. Sin embargo, la idea de traer esta historia a la ciudad donde nací –y a otras localidades de Florida– fue lo que me ha motivado a continuar. ¡Ojalá que todos la disfruten!".

sábado, 14 de octubre de 2017

Exitoso inicio de temporada de la Orquesta de la Florida

La temporada 2017-18 es la tercera bajo la dirección musical del británico Michael Francis. Foto: Matt Dine

Por Leonardo Venta 

             La Orquesta de la Florida, bajo la batuta del británico Michael Francis, concluyó el programa del primer concierto de su vigésimo quinto aniversario el pasado viernes, con el famoso oratorio escénico "Carmina Burana", del compositor alemán Carl Orff , junto a la 'Master Chorale of Tampa Bay', en la colmada espaciosa Sala Morsani del Straz Center de Tampa.
            Estrenada en Frankfurt en 1937, pero cuya génesis se remonta al Medioevo, la monumental obra –compuesta para orquesta, coro y tres solistas, con duración de 65 minutos y basada en una colección de 24 intensos y sonoros poemas de carácter amoroso, báquico y satírico de los siglos XII y XIII hallados en 1803 en el monasterio de Benedicktbeuren en la alta Baviera– fue la primera espiración de las múltiples prometedoras galas que nos aguardan esta temporada.
            La composición de Orff combina el misticismo de la música religiosa escrita en latín y los textos profanos que inquieren los placeres de la carne, adjunta el ennoblecido intelecto con los ineludibles instintos primitivos, atiza la tensión entre lo racional y lo irracional, coteja la sátira con el dramático de la existencia, lo que justifica la búsqueda de sonidos arcaicos, que suscita el predominio de las secciones de viento y, muy especialmente, la percusión sobre los instrumentos de cuerda, marginando el lenguaje romántico de la ópera tradicional y reduciendo las pomposas escenografías y vestuarios a elementos básicos de la producción.
            La primera intervención del barítono Michael Nyby, henchida de una riqueza interpretativa conmovedora, en “Omnia Sol Temperat”, nos remitió a la experiencia de despertar ante el amor, comparándola con plácidos elementos de la naturaleza, mientras la apacible cadencia de las voces femeninas del coro contrastaba con las avidez intemperante de los varones.
                                                              
La bella joven soprano Madison Leonard deslumbró en la interpretación del agraciado y técnicamente exigente solo de “Dulcissime”. Foto: Ale Logan
            En la última parte de la obra, “Cour d’amour”, Nyby se cuestiona si los dioses le concederán la dicha de sumergirse en el deleitoso rubor de la virginidad de su amada, a lo que ella, la bella joven soprano Madison Leonard, poseedora de una voz exquisita de rango estupendo, consiente mediante el agraciado y técnicamente exigente solo de “Dulcissime”.
            El programa dio inicio con el gran lirismo y la exuberante orquestación de "Danzas rituales" (extraídas de la ópera "Boda de verano" de Sir Michael Tippett, uno de los principales compositores británicos). Esta obra dramática musical de gran simbolismo, la primera ópera que compuso Tippett, nació a partir de una revelación sensorial: un templo, ubicado en una colina poblada de árboles, donde un cálido y delicado mancebo es rechazado por una joven insensible y áspera, a tal grado que evoca la polaridad sugerida por el psiquiatra y psicoanalista suizo Carl Gustav Jung entre ánima –la imagen arquetípica de mujer en la psique masculina– y animus –el aspecto masculino interno de la mujer–.
            La temporada 2017-18, la tercera bajo la dirección musical de Francis, incluye desde la "Sinfonía del Nuevo Mundo" de Antonín Dvorák, el "Réquiem" de Giuseppe Verdi, hasta la serie "Raymond James Pops", dirigida por el neoyorquino Jeff Tyzik, que da comienzo este fin de semana con "Swing is the Thing" y comprende la música de la serie televisiva "Star Trek" y la cinematográfica "Star Wars", así como música para las ya cercanas festividades de fin de año y piezas de Rodgers & Hammerstein, una de las parejas más exitosas y creativas del mundo de los musicales.
          Por otra parte, la serie de conciertos "Café de la mañana", dirigida por el director invitado Stuart Malina, comenzó ayer jueves, en el Mahaffey Theater de Saint Petersburg, con "El pájaro de fuego" del ruso  Ígor Stravinski, "En la gruta del rey de la montaña" del compositor noruego Edvard Grieg, así como "Capricho español" del también natural de Rusia Nikolái Rimski-Kórsakov.

martes, 3 de octubre de 2017

Arquetipos femeninos en Primero Sueño

"Ganimedes con el águila de Zeus" (1817), obra del escultor neoclásico Bertel Thorvaldsen, Museo Thorvaldsen, Copenhague
Por Leonardo Venta

            Son numerosos los ejemplos en la obra de Sor Juana Inés de la Cruz que reflejan su preocupación por el tema de la mujer y su derecho al conocimiento en una sociedad patriarcal. El uso de las figuras mitológicas femeninas en su obra magna Primero Sueño (1692), una soberbia y singular silva de 975 versos, condiciona en parte su necesidad de afirmarse como mujer e intelectual en la entidad político-administrativa del Virreinato de Nueva España.
            El amanecer en los últimos versos del poema –en cuya atmósfera el alma se desprende del cuerpo para realizar un viaje asombroso hacia la cúspide del conocimiento– es anunciado por Venus y Aurora en un combate donde el día se establece y hace huir a las sombras de la noche: “Pero de Venus, antes, el hermoso / apacible lucero / rompió el albor primero, / y del viejo Tithón la bella esposa / –amazona de luces mil vestida, / contra la noche armada / hermosa si atrevida / valiente aunque llorosa–, / su frente mostró hermosa / de matutinas luces coronadas (...)”. 
                                          
" Nascita di Venere (El nacimiento de Venus)", obra de Sandro Botticelli, 1445-1510, Galería Uffizi, Florencia, Italia
            Venus, mujer de Vulcano, dios de la forja de los metales, es originalmente en la mitología romana diosa de los jardines y de los campos, pero después es identificada con Afrodita, la deidad griega del amor y la belleza. Por su parte, Aurora, equivalente a la griega Eos, es la diosa del alba y la bella esposa del veterano Titón, la cual aparece armada como una amazona vestida de mil luces en confrontación contra  la noche.
            Es sugestivo cómo la ya fallecida hispanista estadounidense de origen cubano Georgina Sabat de Rivers, en su análisis feminista del poema, propone que son figuras femeninas, como Venus y Aurora, las que exceden a las masculinas al final del poema, fundamentando su argumento en el hecho de que el hablante lírico al referirse al sol no lo identifica con nombre mitológico alguno, como bien pudiera haberlo llamado Febo o Apolo: “Llegó en efecto el sol cerrando el giro”.  Sin embargo, las figuras femeninas, como hemos observado, sí son aludidas mediante sus nombres y carácter mitológico de deidades.
                               
"Apolo y Aurora", de Gérard de Lairesse (1671)

               En la prosificación del poema que aparece en el Vol. 1 de las Obras Completas editadas por Alfonso Méndez Plancarte y Alberto G. Salceda (1951-56), en lo que hoy sigue siendo la versión más completa y autorizada de la que se dispone, leemos: "Antes, empero, la hermosa y apacible estrella de Venus –el Lucero matutino–  rompió en su primer albor; y la Aurora, la bella esposa de Thitón –tal como una Amazona vestida de mil luces, armada en guerra contra la Noche, y a un mismo tiempo hermosa y atrevida, y valiente aunque llorosa (por su rocío) –, mostró su gallarda frente, coronada de fulgores matutinos; tierno preludio, pero ya animoso, del llamante Planeta (el Sol), que venía reclutando sus tropas de bisoñas, (o nuevas) vislumbres, y reservando a la retaguardia otras luces más veteranas y fuertes, para lanzarse ya al asalto contra la Noche, que –Tirana usurpadora del imperio del Día– ostentaba por corona el negro laurel de miles de sombras, y con nocturno cetro pavoroso regía las tinieblas, que aun a ella propia le infundían terror".

Estatua de Júpiter en la que aparece con algunos de sus atributos:
el cetro, el orbe con la Victoria y el águila a sus pies
            Júpiter, a quien Sor Juana llama el “temido Tonante”, posee innumerables atributos: dios del trueno y del rayo, del tiempo atmosférico y de la luz matinal. Es una deidad eminentemente belicosa. Sin embargo, la imagen perifrástica del águila: “De Júpiter el ave generosa”, es más significativa dentro del poema por su rango alegórico que el dios en sí. 
            El águila sugiere el lado bienhechor y magnánimo del dios guerrero, pero su gran implicación tropológica es la de resaltar ciertas ideas que el yo poético está interesado en sugerir, tales como la naturaleza firme y afanosa del ave, la cual no se rinde al descanso, que considera un vicio: “De Júpiter el ave generosa / –como al fin Reina–,  por no darse entera / al descanso, que vicio considera”.  El águila simboliza, igualmente, la idea de elevación y osadía. El hablante lírico sugiere por mediación de esta ave majestuosa el movimiento ascendente del alma hacia el conocimiento.
            Minerva es otra figura que indica poder en el poema. Es la diosa intelectual por antonomasia, y según Luis Harss en su texto Sor Juana's Dream, esa característica la convierte en la figura preferida por la poetisa. La diosa griega Atenea, de quien Minerva es su equivalente para los romanos, es representada con atributos masculinos. Atenea salió ya adulta de la frente del dios Zeus, revestida de armas guerreras y blandiendo la lanza, mientras la cruel y belicosa Minerva era la patrona de los guerreros, la defensora del hogar y del Estado. 
                                                 
Construida en el 1929 por el escultor italiano Angelo Zanelli, con 14.6 metros desde los pies hasta la punta de la lanza, siendo la tercera estatua mayor del mundo que se encuentra bajo techo, la estatua de la deidad griega Palas, o Atenea, se exhibe debajo de la cúpula del Capitolio de La Habana
            Ya en el Neptuno Alegórico el yo poético le rinde tributo a esta deidad femenina, superponiéndola al dios griego de los mares, quien cae rendido ante su sabiduría. Este tratamiento infiere la idea de que el poder, tradicionalmente simbolizado por Neptuno, pudiera muy bien relacionarse con la sapiencia femenina. En Primero Sueño contrastan, sin siempre oponerse, el sentido de oscuridad (que es el hábitat de las aves nocturnas) con el de la luz, aludido por Minerva, fuente del saber más elevado y puro. Harss, en sus anotaciones sobre el Sueño, señala que la contraposición existente entre Minerva, que habita en la luz, y su sierva Nictimene, que opera en el mundo de las sombras, hace más punzante y rico el contraste entre las figuras poéticas.
             
Estatua romana de la diosa Luna (Selena), reina del cielo de la noche

              Por su parte, Diana, la primera figura mitológica mencionada en el poema, es presentada mediante la perífrasis, “la Diosa / que tres veces hermosa / con tres hermosos rostros ser ostenta”, refiriéndose a sus tres rostros o fases, que a su vez coinciden con los de la luna. Harss puntualiza con respecto a dicha apariencia ternaria: “En la mitología clásica la luna es referida por su triple identidad: Luna (Selena), reina del cielo de la noche;  Diana (Artemis), diosa de la tierra; y Proserpina, la esposa cautiva de Plutón, diosa del mundo subterráneo”. En su fase de Luna se orienta como la dimensión cósmica más alta de la noche, a donde la Sombra, que es significada como un auténtico ser, no puede llegar: “(...) al superior convexo aun no llegaba / del orbe de la diosa”, leemos en nuestro poema.
                                         
"Alfeo y Aretusa" (1568–70), obra del escultor florentino Battista di Domenico Lorenzi
       
                Aunque el personaje de Faetón es considerado tradicionalmente como el más apropiado distintivo del alma en el Sueño, Aretusa, mediante su viaje intrépido en busca de la luz, ofrece una imagen más esperanzadora de las batallas en que se enfrasca el alma para alcanzar sus más ambiciosas metas. A diferencia de Faetón e Ícaro, Aretusa emerge victoriosa de su aventura. Todo ser humano, según la metafísica aristotélica, siente una atracción innata hacia el saber. Aretusa sugiere esta motivación natural mediante su pujante instinto de resistencia. Es, al mismo tiempo, un personaje que significa ayuda: revela a Ceres el paradero de su hija, aun encontrándose en la oscuridad avasalladora del Hades. 
            Al igual que Aretusa, Sor Juana tuvo que lidiar con la lobreguez de una sociedad hostil que rechazaba su condición de mestiza y mujer, así como su inclinación hacia el saber. Pero, incluso Sor Juana, entre las sombras de su claustro jerónimo; y Aretusa, en su agitada empresa subterránea, comparten la capacidad de adquirir e impartir información: conocimiento. Son mensajeras victoriosas del saber adquirido en medio de la oscuridad.