Por Leonardo Venta
La audiencia respondió a ambas representaciones de la célebre obra de
Giacomo Puccini con sorprendente entusiasmo. Cerradas ovaciones, así como entusiastas
gritos de bravo coronaron, en más de una ocasión, las ejecuciones de las figuras
protagónicas de esta pieza.
«Tosca», concluida en 1899 y estrenada el 14 de enero de 1900 en el Teatro
Costanzi de Roma, es el fruto del trabajo conjunto de Puccini con los
libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, quienes llevaron el drama del francés
Victorien Sardou a la ópera.
En la trama, Floria Tosca, una famosa “prima donna”, papel interpretado soberbiamente
por la soprano dramática puertorriqueña Rosa D’Imperio, debe entregarse al
traicionero Barón de Scarpia (rol desempeñado brillantemente por el barítono,
también puertorriqueño, Guido Lebrón) para salvar a su amante Mario Cavaradossi
del fusilamiento (personaje ejecutado magistralmente por el tenor argentino
Gustavo López-Manzitti). Sin embargo, Scarpia engaña a Tosca, impulsándola a un
final digno de la más grande tragedia griega.
Tanto la soprano como el tenor y el barítono convencieron, no sólo por sus
interpretaciones vocales, sino también por el gran dominio escénico que
desplegaron, muy en especial Rosa D’Imperio, quien se veía soberbia y bella en
el papel de Tosca.
La Orquesta de la Ópera de Tampa, bajo la batuta del renombrado maestro
Anton Coppola acompañó magistralmente a este elenco de estrellas. El Coro de la
Ópera desempeñó igualmente un excelente trabajo. La escenografía, muy
apropiada, ayudó a crear una ambientación completamente verosímil. El
vestuario, elegante y fidedigno, propiedad del Teatro de la Ópera de Saint
Louis, canalizó también el éxito de la obra.
Rosa D’Imperio, natural de Santurce, Puerto Rico, y residente en Nueva
York, es la primera vez que visita Tampa. Ella es la Tosca ideal – bella y
temperamental –, en toda la plenitud de sus condiciones interpretativas. “Mi
ópera favorita es «Tosca», le sigue casi en predilección «Nabucco», de Verdi, la
que voy a interpretar en septiembre en París”, confiesa felizmente la cantante.
Gustavo López-Manzitti, el Mario Cavaradossi de «Tosca», declaró al
preguntársele cómo explicaba el éxito de esta producción: “La ópera fue
creciendo por el tipo de elenco con que trabajamos. Nos hablábamos entre
nosotros en español, podíamos compenetrarnos muy bien, teníamos muchas cosas en
común que nos ayudaron a que la obra creciera”.
“Todos estamos aquí porque queremos trabajar con el último director de
orquesta del estilo italiano que aún vive, que es Anton Coppola, una línea directísima
de Puccini. Coppola estudió con el pianista de Puccini. Nadie conoce mejor el
repertorio de la ópera que los directores italianos de esa época, y Coppola es el
último que queda. Estamos aquí para apoyarlo y aprender de él”, indicó Guido
Lebrón, natural del Viejo San Juan.
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