La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

miércoles, 15 de junio de 2011

La historia en la literatura: En el tiempo de las mariposas


Las hermanas Mirabal

Por Leonardo Venta

En el tiempo de las mariposas, la segunda, y probablemente más célebre novela de la laureada poetisa, novelista y ensayista dominicana Julia Álvarez, seleccionada por la Asociación Americana de Bibliotecas como el mejor libro de 1994, narra las tribulaciones de la familia Mirabal durante la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo en la República Dominicana.

El doloroso caso de las Mirabal, como manifestación del compromiso político y la participación de la mujer en la lucha contra la dictadura, es aprovechado plenamente por Álvarez para denunciar la opresión del mal llamado “segundo sexo” bajo un régimen patriarcal, y restituirle su relevancia como sujeto histórico.

Esta novela es el primer enfoque sobre las Mirabal realizado desde una perspectiva netamente femenina. William Galván había escrito una biografía sobre Minerva, y Ramón Alberto Ferreras había hecho otro tanto bajo el título Las Mirabal. Por su parte, Pedro Mir, considerado el poeta nacional de la República Dominicana, les había dedicado su poema "Amén de mariposas", de donde Álvarez probablemente tomó la idea del título de la novela.

El tiempo de las mariposas narra cómo las Mirabal se integran a la lucha para derrocar al régimen de Trujillo. Manifiestas sus actividades clandestinas, Patria, Minerva y Teresa son encarceladas y finalmente asesinadas por los sicarios del tirano, el 25 de noviembre de 1960, a pocos meses del derrocamiento de la dictadura trujillista.

Partiendo de una entrevista con la única hermana sobreviviente, Dedé, especie de narradora testimonial, Álvarez remite al lector al pasado que esclarece el argumento apoyado en la intervención de cada hermana cronológicamente. La narración emplea técnicas de retrospección, saltos temporales entre la entrevista y episodios de la vida de las protagonistas.

Minerva representa la mujer instruida consciente de la necesidad de enfrentamiento al opresor. María Teresa encarna la inocencia que paulatina va cobrando consciencia política. Patria, espiritual y conservadora, evoluciona igualmente hacia esa misma dimensión. Álvarez aplica a sus personajes, mediante la ficción, la visión que sólo puede ofrecer la intrahistoria, es decir, el palpitar cotidiano de los personajes que la historia ni el discurso oficial recogen.

La gran aversión de Minerva hacia Trujillo alcanza su apogeo al abofetearlo por propasarse con ella en una fiesta en honor a éste a la que asiste en contra de su voluntad. El gesto de la bofetada cobra magnitud alegórica dentro de la novela al sugerir no sólo la reprobación a los atropellos de la dictadura y el desafío de la mujer al poder patriarcal, simbolizado por Trujillo, sino también la resolución de la nación dominicana a no dejarse subyugar y mucho menos prostituirse.

Álvarez registra la experiencia femenina en la reconstrucción de la identidad y la historia dominicana. El espacio doméstico, el hogar, asociado a la mujer desde una perspectiva patriarcal, cobra dimensiones cardinales en la novela al convertirse en el foco de la clandestinidad subversiva contra Trujillo, redimiendo el papel de la mujer en la pluralidad de la nación caribeña.

Si la novela de Julia Álvarez, publicada en 1994, fue un éxito de ventas y de crítica, tanto Estados Unidos, y en países como Argentina, México y República Dominicana, la versión para el cine de esta novela, producida por la actriz Salma Hayek, y dirigida por el español, Mariano Barroso, a pedido del canal Showtime, contribuyó a acrecentar la recuperación de la vida y epopeya de las Mirabal, iniciada a partir del libro de Julia Álvarez.

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