La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

domingo, 7 de febrero de 2016

Dyango y El Consorcio: Un Concierto Memorable

Al final del concierto, Dyango, que había finalizado su parte y estaba entre bastidores disfrutando de las interpretaciones de El Consorcio, fue llamado por éstos al escenario,  a lo que el catalán respondió aunándoseles en una despedida que la gente  agradeció efusivamente.

Por Leonardo Venta

Nunca lo había visto. En mi Habana, no me quedaba más remedio que escuchar sus canciones por la radio; mientras aprendí, en esta pausada Tampa, a conformarme a desatar su musical temperamento en el rito circular de una lámina que reproduce sonidos.

Sin embargo, este 2008, por primera vez, la imagen de Dyango se me fue develada en el Mahaffey Theater de Saint Petersburg, en un concierto en el que pude deleitarme, a plenitud, no solamente de su arte superior, sino incluso también de la magia de El Consorcio, los románticos ex integrantes de Mocedades, en el espectáculo “Cantándole al Amor”.

Abrió Dyango, en un programa dividido en dos partes, para avivar nuestras emociones hasta el delirio; y cerró El Consorcio, trasportándonos a la desembocadura de un inefable éxtasis.

El legendario músico y cantante catalán interpretó números en los que fijó sus dotes excepcionales. Al entonar temas como “A usted señora”, “Como han pasado los años”, “El día que me quieras”, “Regálame esta noche”, “Nostalgia” y “El que más te ha querido”, demostró que aún puede cantar como cuando yo lo escuchaba tras la diminuta bocina de mi radio adolescente.

Les dedicó a sus amigos cubanos la pieza “Lejos de los ojos” de su primer long-play, aparecido en 1969, que lo lanzó al estrellato. “Me encuentro tan solo / me siento tan triste / si tu estás tan lejos, / tan lejos de mí”, es la letra que sacudió el ayer caribeño despatriado. “La hicieron como un himno especial para ellos [los cubanos]”, expresó Dyango, mientras el público respondía con una cerrada ovación.

El gran intérprete cantó y actuó sus canciones como pocos saben hacerlo. Demostró ser un artista completo. Al final de su intervención, ante un público que le rogaba a gritos que continuara cantando, reapareció en escena tañendo un violín, en un clímax en que la ejecución del instrumento, los gestos, la mímica facial y la interpretación vocal se acoplaron para crear la magia irrepetible de los grandes momentos escénicos.

Amaya Uranga, Sergio y Estíbaliz, Iñaki Uranga y Carlos Zubiaga, los integrantes de El Consorcio, saturaron de cadenciosa ternura la segunda parte del recital. Sus canciones prolongaron el irrefrenable fluir romántico que había iniciado Dyango.

Temas como “Eres Tú”, “Tómame o Déjame” y “Secretaria” despertaron uno que otro dormido recuerdo, así como despabilaron distraídas lágrimas que iban a morir en el perfil almidonado de un pañuelo o en el puño ofuscado sobre un humedecido rostro.

Al final del concierto, Dyango, que había finalizado su parte y estaba entre bastidores disfrutando de las interpretaciones de El Consorcio, fue llamado por éstos al escenario, en un espontáneo y fraternal gesto, a lo que el catalán respondió aunándoseles en una despedida que la gente no esperaba y agradeció efusivamente.


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