La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

sábado, 14 de marzo de 2015

Otro abrazo sinfónico Cuba-Tampa

De izq. a der.: Kurt Grissom, Dave Coash, John Shaw y John Bannon, los percusionistas de la Orquesta de la Florida que acompañarán a sus  similares cubanos. Foto: JM Lennon

Por Leonardo Venta

A comienzos de junio de 2011, la Orquesta de la Florida (TFO, por sus siglas en inglés), una de las más prestigiosas agrupaciones sinfónicas de Estados Unidos, anunció públicamente su iniciativa de intercambio plurianual con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSNC).
     El intercambio, que contempla visitas recíprocas de ambas agrupaciones, se inició ese mismo año cuando cuatro músicos de instrumentos de viento de la institución floridana interpretaron piezas de George Gershwin y otros cinco compositores, en el Oratorio de San Felipe Neri en La Habana Vieja.


Como continuación del proyecto, en mayo de 2012, el director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, Enrique Pérez Mesa, en su debut en Estados Unidos, se hizo cargo de la Orquesta de la Florida en conciertos en Tampa, St. Petersburg y Clearwater.


    La Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba nos contagió su calor de trópico el otoño estadounidense de 2012 en su primera histórica gira por este país. Luego de exitosas presentaciones en once estados de esta gran nación –con más de 70 instrumentistas liderados por Pérez Mesa y Guido López-Gavilán– se presentó en el Círculo Cubano de Ybor City en un programa de música de cámara junto a miembros de TFO, así como ofreció un histórico concierto que nos arrancara lágrimas de cubanía en el Mahaffey Theater de St. Petersburg.


En mayo de 2013, el concertino Jeffrey Multer se presentó como líder y solista con la Orquesta Sinfónica de Cuba, así como ofreció clases magistrales en el Conservatorio Amadeo Roldán y en el Instituto Superior de Arte.
    Y para que los ya habituales fraternales abrazos no se vieran precisados a mayor espera, tres percusionistas de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba – Luis Antonio Barrera Perea, Jesús Federico Chea Gort y Abiel Chea Guerra – llegaron ayer de La Habana para presentarse junto a sus similares de TFO – John Shaw, John Bannon, Dave Coash y Kurt Grissom – en dos conciertos a realizarse el jueves, 20 de noviembre de 2014 en el tampeño Centro Asturiano, a las 7:30 p.m., y a las 11 de la mañana en el Mahaffey Center de Saint Petersburg.

    El programa matinal, bajo la batuta de Stuart Malina, comprende la Fanfarria del ballet “La Peri”, de Paul Dukas; la Serenata en D menor, Op. 44, de Antonín Dvořák; así como la Serenata núm. 11 en E-flat Major de Wolfgang Amadeus Mozart.
    El concierto, un verdadero tributo a la percusión, se ofrecerá en el Centro Asturiano e incluye dos composiciones de  Agustín Gómez Levín: “La escalera” y “Dos hermanos”. Completan el programa: “Paisaje cubano con rumba”, del gran guitarrista, director de orquesta y compositor cubano Leo Brouwer; “Ogoun Badagris”, del compositor estadounidense Christopher Rouse, recipiente del Pulitzer 1993; “Postlude núm. 6”, del joven tejano Elliot Cooper Cole; “Edge of the World”, del natural de North Carolina, Nathan Daughtrey; “Log Cabin Blues”, obra del ya desaparecido compositor estadounidense George Hamilton Green; y la pieza de Michael Udow, “African Welcome Piece”.
    Asimismo, los distinguidos visitantes ofrecerán una clase de percusión y ritmos cubanos el lunes, 17 de noviembre, de 4 a 6 p.m., en St. Petersburg College/ Gibbs Campus, Humanities Bldg, Aula 117, 6605 5th Ave. N, St Petersburg, FL 33710. Aunque el acceso a los instrumentos es por invitación, todos están bienvenidos.

Clase de percusión cubana en el floridano St. Petersburg College/Gibbs Campus. De izq. a der.: Luis Barrera, Abiel Chea, Lianne Lastre y Federico Chea.  Lianne Lastre era integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, en la sección de percusión, pero ya lleva dos años radicada en St. Petersburg. Este fue un encuentro en parte para los músicos cubanos con Lianne, quien participó con ellos en la clase de percusión. Foto: Cortesía de Henry Adams

Como colofón a esta nota, les ofrecemos una entrevista en exclusiva desde La Habana, gentilmente concedida por el destacado percusionista Luis Antonio Barrera Perea, recipiente de la Distinción por la Cultura Nacional de Cuba, Premio de Honor Cubadisco 2014, equivalente al Grammy estadounidense, miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSNC) desde 1970 y profesor del Instituto Superior de Arte desde su fundación (1976) hasta 1997.


Luis Barrera, Premio de Honor Cubadisco 2014, equivalente al Grammy estadounidense

¿Para aquellos que no te conocen, como te gustaría presentarte?
Lo más sencillo posible: Luis Barrera, percusionista y profesor de percusión.
¿Cómo surge Luis Barrera, el percusionista?
Mi padre era saxofonista de orquestas de cabaret y clarinetista de “La Banda de la Marina”; desde pequeño estuve rodeado de músicos amigos de él. Iba a algunos ensayos de la banda y ya mayorcito pude escuchar los de cabarets. El conocía mi preferencia por la percusión, pero me aconsejó que debía estudiar piano primero como base musical, por ser el instrumento más completo que hay. Por consiguiente, empecé a estudiar piano a los 9 años. Toda mi vida le estaré agradecido de esa larga visión que tuvo como músico, que dicho sea de paso, fue excelente saxofonista.
¿Por qué la percusión?
En ese ambiente musical, dos grandes bateristas eran muy buenos amigos de mi padre: Walfredo de los Reyes y Daniel Pérez, de ahí mi preferencia por la batería, que de hecho me gusta mucho, pero en el Conservatorio de Música comencé la percusión con el destacado profesor Domingo Aragú, timpanista de la Sinfónica Nacional de Cuba...y poco a poco empecé a asistir a los conciertos de la sinfónica, los domingos a las 11 a.m. El propio Aragú me daba invitaciones. Esas audiciones y la gran admiración, respeto y simpatía por mi maestro, me motivaron para elegir el género sinfónico.
¿Es tu primera visita a Estados Unidos?
No, es la segunda visita. La primera fue en el 2012 con mi orquesta, como digo, refiriéndome a la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.
¿Qué significa para ti este concierto con la Orquesta de la Florida?
Un alto honor, satisfacción y compromiso, porque se trata de una orquesta de primer nivel. Y es el mismo sentir de mis colegas de la Sinfónica Cubana que juntos integramos este proyecto. Ya en noviembre del 2012 hicimos un concierto en el Círculo Cubano de Ybor City, conjuntamente con los músicos de la TFO. Fue una excelente presentación con muy buena acogida del público.
¿Qué puedes decirme sobre las composiciones que interpretarás en Tampa?
Muy interesantes, porque se trata de música contemporánea, muy bien escrita y, sobre todo, muy percusionística.
¿Qué te parece la idea de impartir una clase magistral en St. Petersburg College?
Estamos seguros que va a gustar mucho, por los diferentes géneros musicales que abordamos. La hemos preparado lo mejor posible, con explicaciones, ejemplos escritos de los distintos ritmos, para después tocarlos.
¿Qué opinas sobre los percusionistas cubanos que te acompañan en esta visita?
Son dos excelentes músicos, ya lo verán. Federico y Abiel Chea, padre e hijo, tocan en la Sinfónica Nacional. Trabajaron años en la Orquesta de Ópera y Ballet, además de interpretar el género lírico con mucha experiencia. Debo añadir que también tienen mucha experiencia como profesores de distintas escuelas de música.
¿Tus músicos predilectos del repertorio cubano y universal?
Es difícil enumerarlos a todos. Quiero referirme a los compositores del género sinfónico cubano que abordan la percusión en sus obras con mucha relevancia. Les pido me disculpen si omito alguno, pero de manera general puedo enumerar a los maestros: Leo Brouwer, Guido López Gavilán, Carlos Fariñas, Roberto Valera, Harold Gratmatges, Jorge López Marín, José Loyola, los hermanos Sergio y José María Vitier, Julián Orbón, Juan Blanco, Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla, entre otros. Del repertorio universal: Beethoven, Brahms, Tchaikovsky, Wagner, Strauss, Rachmaninov, Bach, entre otros; de Norteamérica: George Gershwin, Aaron Copland, Paul Creston (toco su "Concertino para Marimba y Orquesta"), Leonard Bernstein y otros; de América Latina: Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, Jorge Sarmientos (toco su "Concierto para Marimba y Orquesta"), Alberto Ginastera, Heitor Villa-Lobos, y otros.
Sabemos que trabajaste en el recién concluido Festival Internacional de Ballet de La Habana, ¿qué relación existe entre el ballet y la orquesta Sinfónica Nacional de Cuba?
Históricamente la Sinfónica y el Ballet han trabajado juntos en la mayoría de los Festivales de Ballet, además muchos bailarines y músicos estudiamos juntos en la Escuela Nacional de Arte, hecho que nos vincula y une más, siempre nos produce mucha alegría encontrarnos y trabajar juntos, recordando los años juveniles.
¿Cómo identificas la idiosincrasia cubana, la percusión y la música en general?
El pueblo cubano lleva la música y el ritmo dentro, es muy musical, le gusta cantar y bailar, es como bien dices parte de su idiosincrasia, y específicamente le gusta y siente la percusión. Muchos cubanos disfrutan tocar claves, güiro, tumbadoras, bongoes...y si no tienen el instrumentos cogen una cuchara y tocan en la mesa, en una silla, en una cazuela; en fin, pienso que muchos disfrutan la percusión y forman una rumba dondequiera y en cualquier momento.
¿Cuál ha sido tu mayor logro y sinsabor como músico?
Puedo decir que son varios los logros que hacen un todo. En primer lugar, ser miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional durante 44 años, haber realizado 20 conciertos para percusión y orquesta con la misma. Haber recibido este año el Premio de Honor Cubadisco. Y sobre todo, tener el respeto y reconocimiento de muchos músicos, directores, profesores y público en general. Es muy satisfactorio que a cada rato me encuentro en la calle un desconocido que me felicita por haberme visto tocando en la televisión cubana… eso vale mucho y me motiva a seguir estudiando y dando todo lo mejor que pueda. Con respecto a los sinsabores, fundamentalmente son dos: primero, cuando mis alumnos no estudian y subestiman su carrera; y como segundo, aquellos directores de orquesta que jamás felicitan públicamente a la percusión. Lo hacen con el resto de las secciones y solistas de viento, madera, metal y cuerdas, pero la percusión es como si no existiera, a pesar de que en muchos casos tenemos más protagonismo que el resto de las secciones.

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