La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

sábado, 10 de diciembre de 2016

Artyom Shlapachenko, el pensamiento a través de la fotografía

"Autorretrato de Artyom Shlapachenko", especialmente para esta entrevista (25 de noviembre de 2016)
Por Leonardo Venta

Sondeando por Internet las opiniones de la crítica especializada sobre la gala “Ballet Royalty (Realeza del ballet)", celebrada el pasado 20 de agosto en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en que bailaron 12 estrellas de la danza mundial, encontré varias fotografías tomadas por el artista ucraniano Artyom Shlapachenko, residente en La Habana desde los 7 años de edad, quien departió conmigo sobre el evento por esta vía, autorizándome amablemente a publicar sus valiosas fotos.
            La obra de Artyom –como prefiero llamarle–, para quien contar una historia a través de cada imagen es lo esencial, me impresionó favorablemente, especialmente por su vínculo personal con el ballet clásico y la fotografía escénica. Pensé que nuestros lectores merecían conocerla. De esa manera, nació la idea de esta entrevista. Nos tomó tres meses consumarla. Nuestro entrevistado tenía demasiados compromisos de trabajo. Si bien, a nuestro modesto juicio, valió la pena esperar.

            ¿Cómo fue tu primer encuentro con la fotografía y el ballet?

            Desde muy pequeña edad veía a mi padre, que era un amante de la fotografía, trabajar con su Zenith. Me parecía un aparato enorme y misterioso; ya que era algo prohibido para un niño, lo hacía más interesante. Creo que por ahí comenzó mi inquietud por descubrir por dónde salía la foto impresa de ese aparato.
            Mi primer encuentro con el ballet fue en Cuba a los 7 años de edad. Estaba dormido en mi butaca del Gran Teatro de la Habana. Abrí los ojos con la melodía de Chaikovski del Pas de Deux de "Cascanueces". Al momento me enamoré de la princesa de blanco y juré casarme con ella. Quince años después, se cumplió mi promesa.

            ¿De qué manera se cumplió esa promesa?
           
            La bailarina Lissi Baez ha sido la compañera de mi vida por más de una década, gracias a ella he aprendido mucho. Mi verdadero acercamiento al ballet se lo debo a ella. Es una gran persona, así como lo es sobre el escenario. Me encanta verla girar en puntas. Se toma su trabajo con máxima seriedad y mientras yo cruzo los dedos, para que todo le salga bien, el público la aplaude calurosamente. Eso me llena mucho.

            ¿Cómo descubre Artyom al artista en sí mismo?

            Todos nacemos con un artista dentro. Con el mío, estamos en un redescubrimiento mutuo y constante.

            ¿Cómo madura la idea de convertirte en fotógrafo?
           
            En la vida nada es perenne, más bien todo está en constante transformación. Hoy haces fotografías, mañana construyes puentes. Amo la fotografía porque es como logro expresarme pero no me puedo limitar a una sola cosa.

            ¿Qué significa el arte de obtener imágenes para ti?

            Es un lindo arte, puedes mostrar lo que otros no ven, pero también puedes crear cosas inexistentes. Puedes jugar con la luz y el color, y eso me divierte mucho. Para mí, es un juego. Mis modelos y yo siempre terminamos alegres, aun si llevamos 8 horas trabajando.
"El dilema" (2014), obra de Artyom Shlapachenko

            ¿Cuál consideras es tu sello como artífice de la fotografía?

            Es una pregunta aún muy temprana, considero. Aunque diría que procuro contar una historia en cada imagen. A parte de la luz, la composición y los objetos debe haber algo más, algo místico, dejar que el espectador viaje con los pensamientos.

            ¿Existe alguna agenda política, social o ideológica en tu arte?

            Respeto la política, pero la dejo en manos de los conocedores. En mi arte abordo temas más personales, más individuales del ser como tal. Me atraen mucho los sentimientos del ser humano y cómo batalla con ellos.

            Si no hubieras sido fotógrafo, ¿que te hubiera gustado ser?

            Soy creador por naturaleza, no puedo estar quieto ni un instante. Cuando no estoy fotografiando, estoy filmando un videoclip, quizá dibujando; cuando no, haciendo una herramienta nueva para una foto o un video. Si no me pongo a diseñar. Me atraen todas las artes…

            ¿Cuba y Ucrania en tu arte?

            Ucrania es donde nací y Cuba es donde crecí. Seguramente tengo de los dos en mi arte. Si bien, le dejo esa tarea a los críticos (sonríe).

             ¿Con cuál movimiento fotográfico te identificas?

            Yo diría que la fotografía documental, aunque con mucha frecuencia recreo situaciones y un documentalista me criticaría eso.

            ¿Cuál es para ti la foto ideal?
           
            La que muestra un 50% e invita a que el otro 50 te lo imagines.
"La rutina" (2015), obra de Artyom Shlapachenko

            ¿Algún otro tipo de arte fotográfico, aparte del escénico, motivado por una disciplina que no sea el ballet?

            Me encanta la fotografía de "fashion" (moda). Estoy pensando muy seriamente en eso.

            En cierto momento me dijiste que viajarías con el también ucraniano Vladimir Malakhov, luminaria  del ballet mundial, a Holguín, ciudad situada en la región oriental de Cuba. ¿Algún proyecto específico que los relacione?

            Llevo un tiempo trabajando con el ”Grand Prix Vladimir Malakhov”, que organiza mi gran amigo Paul Seaquist en Holguín. Este año Paul y yo decidimos hacer un documental "entre bastidores" de este evento. Así que me tocó la linda odisea de ser el realizador de lo que pronto se podrá apreciar en YouTube.

            A propósito del empresario chileno de la danza Paul Seaquist, representante de Malakhov, y muy relacionado con el ballet cubano, quien ha hecho muy buenos comentarios sobre tu obra. ¿Cuál es tu relación con él?

            Paul y yo llevamos trabajando juntos hace ya un par de años en varios proyectos. Somos muy buenos amigos. Al igual que yo, ama las artes en todas sus manifestaciones. Una tarde conversando nació la idea de hacer una exposición juntos. Nos despedimos. Él se iba para Berlín. Al otro día me manda desde el avión la introducción de la exposición; quedé boquiabierto. Era exactamente como me lo imaginaba. Ahí nació “Camino a la frontera”.

            Sé lo embarazoso que resulta opinar sobre lo que uno mismo hace. Al mismo tiempo, tengo entendido que Paul Seaquist ha escrito sobre tu proyecto "Camino a la frontera". ¿Cómo lo explica él?

            En palabras de Paul Seaquist, “Artyom explora a fondo no sólo el dolor de la partida sino el dolor de permanecer (...)  las dudas, la ilusión, la desazón de quienes quisieron y no quisieron, o pudieron y no pudieron, y ahora sólo les queda mirar hacia el más allá e imaginar".

            El ballet es calificado como un arte elitista, difícil de descifrar. ¿Hasta que punto te consideras conocedor de ese arte?

            Lo admiro como cualquier otro espectador desde su butaca en el teatro. Claro, con los años he aprendido el lenguaje y los nombres de los pasos. Aunque te juro, lo más interesante se oculta tras el telón. Ahí sí me quito el sombrero.
"Tras el telón"(2014), obra de Artyom Shlapachenko

           Te conocí gracias a las bellas y reveladoras fotografías que realizaste en la gala "Ballet Royalty" en La Habana. ¿Cómo calificas esa experiencia?

            Fue una experiencia inolvidable. Estaba desarrollando un proyecto fotográfico en La Habana y de casualidad conocí a Matthew Golding (primer bailarín del Ballet Real de Londres).  Nos pusimos a hablar de proyectos futuros. Terminamos en el teatro. Allí tomé una de mis mejores fotografías con Adiarys Almeida entre bastidores.
Adiarys Almeida, ajena al lente, reza antes de salir al escenario el 20 de agosto de 2016, después de 13 años sin bailar en Cuba. Obra de Artyom Shlapachenko

            Nos gustaría saber más detalles sobre tu exhibición dedicada a la legendaria  bailarina rusa Anna Pavlova.

            Aún está en realización, pero puedo adelantar que la sesión de fotos la realicé con Lissi Baez.

            ¿Cuál consideras tu mayor logro como fotógrafo y como ser humano?

            Como fotógrafo, que mis fotos le den la vuelta al mundo, que la gente conozca mi arte. Como ser humano es poder ayudar a cada persona que se me acerque pidiendo ayuda.

            ¿Nombres claves en tu vida privada y profesional?

            Victor Nedilko, mi abuelo. Es mi guía, mi ejemplo como ser humano. En lo profesional, Bill Gates constituye un modelo a seguir como empresario.

            ¿Planes futuros?

          Los más cercanos son terminar mi serie “Camino a la Frontera”, en Miami, y luego exponerla en New York.

4 comentarios:

  1. excelentes fotografías!!!

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  2. Buenisimas fotografías y excelente ser humano!

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  3. Muchas gracias Leonardo por tu paciencia. Esta entrevista la realizamos en fechas de mucho trabajo, llegaba a la casa de madrugada y cada dia respondía a una pregunta. Fue un placer trabajar contigo. Ojalá y se repita.

    Muchas gracias a los Anonimos por los comentarios ;)

    Artyom Sh.

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  4. Gracias a ti, Artyom por compartir tu arte, tu talento y tu humilde sensibilidad con este espacio. El placer fue sinceramente mío. Siento enorme admiración por tu obra y tus virtudes humanas. Para mí, eres un Maestro. Sinceramente, Leonardo Venta

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