La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

sábado, 18 de junio de 2011

Cecilia Valdés, una novela antiesclavista

Cirilo Villaverde
Por Leonardo Venta


“¿Qué vale la vida en medio de tantas penas? Y esto no es vivir, esto es morir todos los días y a cada hora. Su merced no comprende la causa de mi llanto. Su merced se casa y tiene hijos ¿quién se atreverá a quebrar su gusto, ni a separarla de su marido, ni de sus hijos? Su merced no sabe, ni Dios quiera que sepa nunca, lo que pasa por una esclava. Si es soltera porque es soltera; si es casada porque es casada; si  madre porque es madre; no tiene voluntad propia. No le dejan hacer su gusto en ningún caso. Parta su merced del principio que no le permiten casarse con el hombre que le gusta o que quiere. Los amos le dan y le quitan el marido. Tampoco está segura de que podrá vivir siempre a su lado, ni que criará a los hijos. Cuando menos lo espera, los amos la divorcian, le venden el marido, y a los hijos también, y separan la familia para no volver a juntarse en este mundo...”  (Fragmento del discurso de la esclava María de Regla en el capítulo VIII de Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde).


Cecilia Valdés es considerada la mejor novela costumbrista cubana. Escrita por Cirilo Villaverde (primera versión: La Habana, 1839; versión final: Nueva York, 1882), ha sido igualmente elogiada por la manera en que articula el sereno realismo con el apasionado romanticismo.

Narra las pasiones entre una bellísima mulata casi blanca (Cecilia) y un rico criollo joven hacendado (Leonardo). Hijos de un mismo padre - Cándido Gamboa, español enriquecido en Cuba - y diferentes madres - la mulata María del Rosario Alarcón (Charito) y Rosa Sandoval, criolla de familia rica, respectivamente -, ignoran los lazos fraternos que les unen. Por su parte, el mulato José Dolores Pimienta ama incorrespondidamente a Cecilia.

Leonardo abandona a la mulata para desposarse con la acaudalada criolla Isabel de Ilincheta. El día de la boda, en la escalinata de la Iglesia del Angel, Pimienta, alentado por los celos de Cecilia, asesina a Leonardo de una certera puñalada en el corazón. Cecilia enloquece. Es recluida en el manicomio de la calle Paula, donde está internada su madre Charito. Poco antes de morir, al reconocer a su hija, Charito recobra el juicio.

La novela está ambientada en un amplio y vívido cuadro de la sociedad cubana de las primeras décadas del siglo XIX, con las particularidades de cada estrato en la escala social. Las clases superiores estaban constituidas por blancos (españoles y criollos), subdivididos, a su vez, por el poder, el linaje, la instrucción o la riqueza.

Más abajo se interponía la insuperable barrera del color. Así vegetaban despreciados todos aquellos que tuvieran, en mayor o menor grado, sangre africana: mulatos, negros libres y, a la base de esta espantosa masa, los esclavos. La convivencia de clases, caracterizada por la humillante supremacía del blanco sobre el negro, estaba marcada por la hostilidad y el permanente conflicto, aun entre las mismas personas de color.

En aquella Habana libertina, coqueta y racista, los amoríos entre blancos y mulatos estaban condenados al fracaso. El amor de Leonardo y Cecilia es amputado, como gangrena consanguínea, así como vulnerado por exacerbadas pérfidas discriminatorias saetas.

Cecilia Valdés es una novela antiesclavista que denuncia los atropellos del imperio colonial español en Cuba, así como devela el inhumano perfil social de la isla colonial. Sin lugar a duda, el naciente movimiento nacionalista que llevaría a los cubanos a independizarse de España, exhaló a través del aliento literario de Cirilo Villaverde un admirable suspiro.

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