La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

jueves, 1 de febrero de 2018

Comenzar de nuevo (A mis hermanos por develar)




Por Leonardo Venta

Vengo a ti desecho,
postrado en mi dolor,
temeroso,
suplicante,
con el cielo desierto.

Te busco,
avizoro,
tiemblo.

Me haces repetir el alfabeto del cariño, articular perdones y esperanzas,
descubrir veladas verdades,
enormes, diminutas, contrahechas, amorosas siempre.

Me detengo,
exhausto,
jadeante.
Suspiro,
adivino,
me tiendo...
insomne desaliento.

Cierro los ojos,
implorante.
Te repaso,
te leo,
te busco,
nuevamente te presiento.

Llegas,
me quitas este peso de encima,
con delicadeza,
diligente, sobrepuesto...
me susurras consuelos,
me delineas extensiones,
mediante tu articulado silencio.

Dibujas amigos en mi encerado pliego:
nuevos, antiguos, imaginados, reales,
añorados, distraídos, despiertos...
compones hermanos,
sinfónica partitura
de ventrículo en puño abierto.

Luego, solo,
vuelvo a mi ostraíca armazón,
espectral silencio...
intento escuchar sus sonrisas,
palpar sus frases de aliento,
escuchar sus miradas,
 soledades afines,
luchas, esfuerzos,
temores, osadías,
entrecortadas frases,
entredichas,
nunca pronunciadas,
victorias y desalientos.

Me sonríen y les sonrío,
desde un costado de Cristo,
esperanzado, absorto,
dispuesto, dispuestos,
a comenzar de nuevo.

(Un hermano es un retazo de luz para zurcir un roto interno, desperezado aliento en pesadilla insomne. Es un guiño divino con acento similar al nuestro, que nos conoce y presiente, hijo del espíritu, sostén en la espinosa ascendente pendiente hacia irrefutable optimista anhelado solidario firmamento)

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