La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

lunes, 13 de diciembre de 2010

“Hable con ella”


Javier Cámara, el inigualable Benigno de “Hable con ella”, personaje que enarbola un mensaje de esperanza ante lo imposible, estimula lágrimas fílmicas de tierna rebeldía ante todo tipo de manifestaciones relacionadas con la muerte.

Por Leonardo Venta

La cinta “Hable con ella”, de Pedro Almodóvar, ganadora del Premio Óscar 1989 al mejor guión original, comienza en un teatro donde se realiza un espectáculo de Pina Bausch, Café Müller. Dos hombres se conocen por azar en ese lugar: Benigno, un tímido enfermero, y Marco, un escritor de edad mediana.

La puesta teatral incita gran emoción en Marco, le hace irrumpir en llanto, mientras Benigno lo contempla igualmente emocionado desde su butaca. Este encuentro casual perfila cómo los sentimientos afines pueden coexistir aislados.

Meses más tarde, ambos hombres coinciden en el sanatorio "El Bosque", donde Benigno se ocupa en sus funciones de enfermero. Lydia, la novia de Marco, torera, oficio poco común en una mujer, está en coma producto de una cornada. Benigno, por su parte, atiende a la hermosa Alicia, joven que ha quedado en estado vegetativo tras un accidente, y de quien vive enamorado.

Allí, en “EL Bosque”, nombre que sugiere la madeja de la existencia humana y los inescrutables recodos a donde nos encamina, los dos hombres comienzan una amistad, no muy expresiva, que deviene en la intensidad de una tragedia que sólo un director de la estatura de Almodóvar puede desarrollar.

El filme inquiere la incomunicación a un extremo donde una persona habla y la otra quién sabe si escucha, en una disyuntiva monólogo-imaginado diálogo. El alma, abstracta sustancia espiritual, a la que Almodóvar no se refiere tácitamente, parpadea los recovecos del acto de existir.

La película especula además sobre el impacto del cine en el espectador. Percibimos a un Benigno conmovido y obsesionado con la temática de una cinta que ha ido a ver, el metacine, para convertirse, luego, en tácito protagonista de un vuelco en el argumento, motivado, en parte, por lo que ha presenciado en el celuloide.

“Hable con ella" aborda temas como el de la amistad, el amor, la soledad, la sexualidad, la muerte, la incomunicación (el mismo título sugiere la necesidad de manifestarnos), así como la impenetrabilidad de las pasiones. Ausculta también esa sublime locura quijotesca que se acurruca sosegada, con temor quizá de manifestarse, en cada uno de nosotros.

Aparte de entretenernos, deslumbrarnos, con suspenso y genialidad, Almodovar nos hace reconsiderar la cordura, nos incita a respirar un hálito de la simpleza que tanto subvaloramos, nos incita a soñar, rasgos que gravitan en el cosmos del personaje Benigno, y que muchas veces, según nuestra lúcida falibilidad, consideramos desatinados. Si aún no ha visto este filme, alquílelo o cómprelo.


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