La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

jueves, 23 de diciembre de 2010

“Carmen”: Ópera, ballet y exilio…

La bella y genial Svetlana Zakharova en el rol de Carmen - Andrei Uvarov, como don José - Ballet Bolshói Foto: Damir Yusupov.

Por Leonardo Venta

La ópera Carmen es una de las obras más célebres del compositor francés Georges Bizet. Se trata de una pieza tragicómica en cuatro actos con libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, basada en un relato de Prosper Mérimée. Se estrenó sin gran éxito en la Opéra-Cómique de París el 3 de marzo de 1875.

Entre una fábrica de tabacos y un cuerpo de guardia del Regimiento de Alcalá, se inicia la trama. Don José, un apuesto cabo, es embrujado por la hermosura de Carmen, quien hace su entrada triunfal con la interpretación de la célebre Habanera, para luego retirarse bajo el acoso de extasiadas miradas.

La atmósfera se torna convulsa. Un grupo de agitadas cigarreras le informan al teniente Zúñiga que Carmen acaba de herir a otra cigarrera en la cara. Don José, obedeciendo órdenes de Zúñiga, la detiene, pero ella le promete que si la deja en libertad se reunirá con él en la Taberna de Lilas Pastia.

Al comenzar el segundo acto, en la susodicha taberna, Carmen se entera de que don José, quien había estado preso por haberle viabilizado la fuga, ya disfruta su libertad. El torero Escamillo, en su primera entrada en escena, queda infatuado con la belleza de Carmen; mientras, cumpliendo a su cita, don José llega a la taberna. Allí, en un diálogo aparte, la cigarrera le propone a don José que se vaya a vivir con ella a la sierra.

El tercer acto comienza con el ex brigadier ya integrado al grupo de los contrabandistas; aunque, algo después, abandona la sierra para obedecer el último reclamo de su madre que fallece; al mismo tiempo, Escamillo, en contraste, encapado de taurino júbilo, anuncia su próxima corrida.

La obra concluye en la Entrada a la Plaza de Toros de Sevilla, con la triunfal entrada de la cuadrilla de toreros, precedida por el altivo matador, que ya es amante de Carmen. Don José, que ha regresado, cegado de celos, asesina a Carmen de una puñalada.

Este argumento de seducción, pasión y celos, también ha sido llevado al ballet por numerosos coreógrafos, entre ellos, Roland Petit, en 1949, y Alberto Alonso, en 1967, para la gran bailarina Maya Plisétskaya, del Ballet Bolshói de Moscú.

Poco después, fue estrenado por la mítica Alicia Alonso, ex cuñada de Alberto, quien por el matrimonio con el hermano de éste, Fernando, figura cumbre de la escuela cubana de ballet, asumió el apellido Alonso en 1938.

Del estreno en Moscú, Alberto Alonso, fallecido en enero de 2008 en su tardío exilio de Miami, rememoraba siempre la gran ovación final que le obligó a salir a saludar al público una docena de veces. Ya en Estados Unidos, nunca volvió a ser invitado a las nuevas puestas de su Carmen en la Isla y España. "Nadie me invitaba", se lamentaba.

Sin embargo, no todo fue amargura profesional de exilio para el creador de la versión cubana de Carmen; en noviembre de 2005, la legendaria Plisétskaya, quien celebraba su octogésimo cumpleaños, le invitó a volver a montar su más célebre ballet para Svetlana Zakharova y otras nuevas figuras del Bolshói. “Si un coreógrafo hizo algo para mí semejante a lo que hizo Mijail Fokine para Anna Pávlova, ese fue Alberto Alonso”, declaró la Plisétskaya a la sazón de la reposición.

Además, la Carmen de Alberto recobró aliento con el Ballet Clásico Cubano de Miami en 2009, con la actuación de la primera bailarina del Ballet de San Francisco, la cubana Lorena Feijoo, como gran atracción, y los bailarines principales cubanos, recién exiliados, Hayna Gutiérrez, Miguel Ángel Blanco y Taras Domitro. Previo al ballet se exhibió el filme “Dance of my heart”, dirigido por Ricardo Acosta, que aborda la vida del fallecido gran coreógrafo caribeño. 




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