La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

martes, 24 de febrero de 2015

Noventa minutos con Gaby Moreno


Por Leonardo Venta

Gaby Moreno sedujo al público que se dio cita en la sala Jaeb del Straz Center, en el concierto del viernes, 7 de noviembre de 2014 como parte de una breve gira por la costa este de Estados Unidos. Habían transcurrido apenas breves minutos de la velada, y ya estábamos embelesados ante su talento, sencillez y originalidad. 
            Intensa y relajante, la joven cantautora guatemalteca, radicada en Los Angeles, despertó toda una gama de emociones en la audiencia con su dulce y límpida voz, grave también, dominio de las notas (tanto altas como bajas), sugestivas composiciones y sedicioso talento.
            Nos hizo elevarnos con las poéticas letras de sus canciones, reflexionar, disfrutar de la buena música, al tiempo que nos remitía a una especie de híbrido mutante en múltiples direcciones y estados anímicos. Disfrutamos especialmente sus dos estrenos: “Illusion” y “Down in Reverie”, que aparecerán en su próximo disco en 2015.
            La cantante, que ha compartido escenarios con Andrea Bocelli y Ricardo Arjona, a quien llamó su amigo, abrió y cerró el concierto con dos logradas canciones de su propia autoría. “Ave que emigra’, una especie de exordio de un espíritu libre que habla de tiempos de cacería y un alma que alza su vuelo como el ave que emigra, fue el exordio. 
           “No estoy tan mal”, con la que finalizó el concierto, nos dejó con un clamor que anidaba nuestra simpatía. “Estoy temblando, estoy llamando, no me abandones así”, expresaba para después rasgar su guitarra como quien rasga su alma, mientras entonaba  repetidamente que no estaba tan mal, si ese ¿alguien? estaba junto a ella.
            Gaby, acompañada de tres músicos sajones, interpretó 14 de sus composiciones en las que fijó sus excelentes dotes como compositora e intérprete. Al entonar temas como “Garrick”, “No Regrets”, “El Sombrerón”, “Mess a Good Thing”, “Nostalgia” y “Que voy a hacer”, demostró su versatilidad en matices de un estilo muy propio que transita el melancólico gemir del blues, el irreverente jazz, el soul, el folk, hasta algo más suyo –desgarrador y dulce–, que nos es imposible precisar.
            El concierto, que duró 90 minutos, fue un agasajo a los sentidos; nos dejó arragaido lo mucho que esta artista tiene para derrochar. Como dijera una amiga mía, la cantante y compositora Dinorah Rivas, cuyo juicio artístico respeto mucho: “La grandeza de Gaby Moreno radica en una sencillez y dulzura que se codea con un talento extraordinario”. Reciba nuestro más sincero ¡Bravísimo!


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