La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

lunes, 21 de febrero de 2011

"La patria hacia adentro"

Por Leonardo Venta

“El único regreso posible es hacia adentro, no hacia atrás”
Gustavo Pérez Firmat


Cincuenta lecciones de exilio y desexilio, de Gustavo Pérez Firmat, aborda la temática del hibridismo en el exiliado, con tonalidades de brillante perspicacia, la cual se despliega a través del contraste cultural y lingüístico entre las raíces cubanas del autor y su nueva identidad adquirida en Estados Unidos, cuyos componentes se complementan casi paradójicamente.

Firmat reflexiona sobre la realidad del exiliado para el cual no hay regreso físico a la patria. “El único regreso posible es hacia adentro, no hacia atrás”, es la expresión con que sugiere el retorno mediante una introversión al mundo de los sentimientos y las emociones.

“Adentro” es el lugar íntimo donde se agitan los recuerdos: el pensamiento, de donde se origina el lenguaje, y en el cual la imaginación se mueve libremente para revisitar la patria que fabrica y recrea desde su propio firmamento, cuyo horizonte tantea con el lenguaje, y saborea con diaspórico paladar. Desde la memoria afectiva, catalejo del alma, parpadea la extraviada patria.

En esta novedosa obra de Firmat, la identidad del escritor oscila en medio de una curiosa dicotomía, que a veces parece implicar la discrepancia de idiomas y culturas; y en otras, una aparente conciliación. El autor en su reflexión introspectiva realiza un regreso constante a la isla que físicamente le resulta vedada.

Vuelve a ella en cada juego lingüístico que consolida su cubanía; la visita, se reconcilia consigo mismo cuando decide escribir en español, a pesar de dominar mejor el inglés y respirar en una atmósfera sajona. “Escribir en español es un acto de reconciliación, con mi patria, con mis padres, conmigo mismo”, afirma.

Asimismo, como parte de “ese regreso a Cuba hacia adentro”, Firmat le otorga un nombre en castellano a su lugar de estudio y a todo lo norteamericano que le circunda. Juguetea su infancia, época en que el español era el único soberano de sus habilidades lingüísticas y emociones, para luego confesar lo difícil que le resulta vivir sin mantener a la tierra que lo vio nacer en el pensamiento: “Para no pensar en Cuba, era menester no pensar en nada”.

¡Cuán difícil resulta apartar de nuestra mente lo amado! La patria mora en el recinto más sagrado de nuestros afectos. Aun lejos de ella, cada alma ausente la transita muy “adentro”, sin necesidad de pisar su suelo.

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