La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

jueves, 24 de febrero de 2011

En el 98 cumpleaños de Portocarrero


Por Leonardo Venta

Honramos en este espacio, nada proclive a odiosas monomanías, el aniversario número 98 del natalicio de René Portocarrero, el 19 de febrero de 1912. Estrechamente relacionado con la generación de poetas del "grupo de Orígenes", sus creaciones encarecieron notables revistas literarias cubanas, como Verbum, Espuela de Plata y Orígenes. El sueño (1939), con dibujos y textos suyos, y Las máscaras, colección de doce dibujos, son títulos de los dos libros publicados por él.

Nadie mejor que su amigo José Lezama Lima – identificado plenamente con las artes plásticas – para bosquejar poéticamente la esencia de este artista de rizoma barroco que perpetuó con su infinita palpitante colorida brocha el hechizo de nuestra mítica, bulliciosa, sufrida y alegre Habana, de empinadas catedrales, liberadoras festivas cadenciosas máscaras, tenaces sensuales diablitos carnavalescos, fantásticas "floras" tropicales y poéticas deidades afrocubanas.




Raúl Milián*, José Lezama Lima y René Portocarrero
"Portocarrero ha realizado una hazaña silenciosa, sus vigilias y sus ensoñaciones han fortalecido la dignidad de los hombres que preparan las excursiones y las romerías subterráneas. Su espera y sus configuraciones nos dan una esplendida lección cubana de acumulación temporal sin prisa y de cumplimiento espacial en el más sensorial esplendor de las formas. Y todo ha sido dicho y hecho con delicado y recio temblor. Temblorosamente, como dice la vieja canción china, como si estuviese ante un profundo abismo, como si se aventurase sobre una delgada capa de hielo".José Lezama Lima [1962]


*Raúl Milián, también destacado pintor, fue amante de Portocarrero por décadas. Recipiente de la Medalla de Honor de la III Bienal de Sao Paulo, de sus cuadros, Stravinsky, hondamente impresionado, afirmó en una visita a La Habana, que eran música. En la primera mitad de los años ochenta se suicidó. Portocarrero, víctima del alcoholismo, no le sobrevivió por mucho tiempo. Murió en 1985.


"Flor", Raúl Milián, 1961

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