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Jorge Gómez, director musical y pianista de 'Tiempo Libre' |
Por Leonardo Venta
Grandes escenarios han gozado al ritmo de Jorge Gómez, Raúl Rodríguez, Leandro González, Wilvi Rodríguez Guerra, Armando (Pututi) Arce, Xavier Mili y Luis Beltrán Castillo, integrantes de “Tiempo Libre”, una de las mejores agrupaciones de música latina del momento. Tal ha sido su éxito, que en 2009 fueron invitados al popular programa televisivo estadounidense “Dancing with the Stars”, donde recibieron una ovación de pie por parte de la audiencia. De los cinco discos que han realizado, tres han sido nominados a los premios Grammy: en dos ocasiones al mejor álbum latino tropical, y en otra al mejor disco de salsa/merengue.
Dentro de su apretada agenda de trabajo – conciertos en Estados Unidos y el resto del mundo, grabaciones, impartir clases en universidades, proyectos teatrales – se asoman a Saint Petersburg y Clearwater para ofrecer dos funciones junto a la prestigiosa Orquesta de la Florida los próximos 6 y 7 de abril. A pesar de estar habituados a los vítores del público y al elogio de la crítica, sus integrantes continúan siendo los jóvenes joviales y sencillos que estudiaban música clásica por el día y tocaban timba en las ardorosas noches habaneras. Alleguémonos a ellos a través de Jorge Gómez, su director y pianista.
¿Cómo nace “Tiempo Libre”?
Nacimos en Miami a finales del 2001, en aquel entonces trabajábamos con diferentes artistas, algunos músicos con Celia Cruz, otros con Cachao, yo trabajé con Albita Rodríguez; entonces, en nuestro tiempo libre, nos reuníamos para hacer ‘descargitas’ musicales. Primero, empezamos tocando jazz, luego tocábamos música cubana, después clásica y ahora de todo un poco.
¿Están establecidos en Miami?
Los sietes integrantes del grupo vivimos en Miami.
¿Cuáles son las raíces artísticas de Jorge Gómez?
Provengo de una familia de músicos: mis abuelos, mis bisabuelos, mis tatarabuelos… mi padre, Jorge Gómez Labraña, fallecido en 2005, es considerado – junto a Jorge Luis Prats y Frank Fernández – entre los grandes pianistas clásicos de su tiempo en Cuba. Mi madre es la musicóloga Tamara Martín, tocaba piano clásico también.
¿Qué define a “Tiempo Libre”?
Hay tres elementos que se integran para definir nuestra música. Todos estudiamos música clásica en la Escuela Nacional de Arte de La Habana; a través de nuestra nueva experiencia en Estados Unidos se incorporaron a nuestro estilo elementos del idioma y la cultura estadounidense, aunque ya desde Cuba teníamos una gran influencia norteamericana, especialmente del grupo “Earth, Wind & Fire”; así como de los ritmos cubanos propiamente dichos.
¿Goza de salud la música cubana?
La música cubana siempre está evolucionando. A veces se mezcla tanto con otras culturas que parece no ser cubana, pero sigue siendo cubana.
¿Otras peculiaridades que caracterizan al grupo?
Es un grupo muy versátil. Lo mismo toca en un festival de jazz, que en un festival de música latina, que toca con una de las mejores orquestas sinfónicas del mundo, que hace obras de teatro, que da clases en las universidades. No sólo nos dedicamos a tocar timba.
Se dice que la ‘timba’ identifica a la agrupación. Para los que no están familiarizados con el término, ¿qué es timba?
La timba es básicamente la mezcla de todos los géneros cubanos con el jazz. El primer grupo que hizo timba en Cuba, el que la inventó, es “Irakere”. En contraste con el son – la salsa –, la instrumentación de la timba es diferente. La salsa se toca con timbales, con un bajo acústico y con un piano, mientras la timba se interpreta con una batería, el timbal, un bajo eléctrico – que generalmente tiene cinco o seis cuerdas –, un piano y un teclado. La timba es un ritmo más rápido, tiene más energía que el son o la salsa, y es menos romántico.
¿Algún mensaje de “Tiempo Libre” a través de la música?
Queremos llevar la música cubana alrededor del mundo, no sólo para que la gente la disfrute sino para que también la entienda. Nosotros rescatamos la cultura cubana para llevarla a los niveles que se merece.
¿Algo más allá de la música?
Estamos trabajando en un segundo proyecto teatral. Ya hicimos una obra musical titulada “Miami Libre”, donde había bailarines, tocábamos música y actuábamos. El proyecto aborda cómo salimos de Cuba, cómo llegamos a Estados Unidos, la manera en que nos hemos abierto paso en suelo estadounidense.
En la primavera de 2007, “Tiempo Libre” estrenó “Rumba sinfónica”. ¿Qué puedes decirnos sobre esta pieza y el programa en sí del concierto?
Es una colaboración mía y del compositor clásico venezolano Ricardo Lorenz, para orquesta sinfónica y banda cubana. La directora invitada, Sarah Hicks, ya dirigió el concierto de la “Rumba sinfónica” con nosotros. Lo que vamos a tocar con la Orquesta de la Florida va a ser la música de Johann Sebastian Bach en diferentes ritmos cubanos, como el guaguancó, el chachachá, el danzón, el bolero y la conga. Y además vamos a tocar cuatro popurríes: uno de mambo, otro de chachachá, un tercero compuesto por sones, y un último integrado por boleros.
¿Qué hace especial a este concierto?
Nunca se baila con una orquesta sinfónica, mucho menos un guaguancó, y eso es lo que va a suceder en los conciertos de Saint Petersburg y Clearwater. La gente está invitada a bailar.
¿Qué significa para “Tiempo Libre” tocar en Tampa?
Tampa viene siendo la segunda ciudad más habitada por cubanos en Florida, y además en ella sobresale una hermosa comunidad latina. Nos encantaría sentir el calor del público y al mismo tiempo ofrecerles el nuestro. Tú te sientes muy cómodo cuando la gente se identifica con lo que estás haciendo en el escenario.
¿Algún mensaje especial para nuestros lectores?
No van a ir a un concierto, van a disfrutar de una fiesta cubana. Nosotros cuando tocamos no simplemente tocamos música, transmitimos energía, y eso es lo que les gusta a las personas.
¿Por qué ir al concierto de “Tiempo Libre’ con la Orquesta de la Florida?
En ambos conciertos – el sábado 6 de abril, a las 8 de la noche, en el Mahaffey Theater; y el domingo 7 de abril, a las 7:30 p.m., en el Ruth Eckerd Hall –, le daremos respuesta a la pregunta que todos se hacen: ¿guaguancó con una sinfónica? ¡Tienen que ver eso!