Ramasar se unió al New York City Ballet como
aprendiz en el 2000, se integró al cuerpo de baile en 2001.
Fue ascendido a
solista en 2006 y a bailarín principal en 2009. Foto: cortesía de Paul Kolsnik
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Por Leonardo Venta
Next Generation Ballet (NGB), bajo
la dirección artística de Philip Neal, viene presentando en la espaciosa Sala
Morsani del Straz Center su versión del clásico navideño "Cascanueces".
Ayer, jueves, Renan Cerdeiro –bailarín
principal del Miami City Ballet– y Patricia Delgado –que encabezara esa
compañía por diecisiete años hasta su retiro este 2017– fueron los artistas
invitados. Viernes y sábado, el programa incluye en los roles protagónicos a
Sara Mearns y Amar Ramasar, bailarines principales del New York City Ballet (NYCB).
La forma de bailar de Ramasar –galardonado
con el Premio Bessie, al Mejor Intérprete en 2015, y el Premio Mae L. Wien, a
la Mejor Promesa en el año 2000– ha sido calificada por la crítica del New York
Times Jennifer Dunning de “contagiosa alegría" y "sumamente
comprometida con el rendimiento".
Por otra parte, Ramasar figura en la
película "NY Export: Opus Jazz", una adaptación con guión del ballet
homónimo de Jerome Robbins, que se difundiera en la cadena pública
estadounidense PBS y ganara el Premio del Público en el "South by
Southwest Film Festival" de 2010. También aparece en el documental de
Magnolia Pictures "Ballet 422", que documenta la creación del ballet
"Paz de La Jolla", del joven coreógrafo Justin Peck para el New York
City Ballet.
Con el objetivo de abordar la
singular experiencia artística de Amar Ramasar y ofrecérsela a nuestros
lectores, le realizamos una entrevista en inglés, que hemos traducido al
castellano.
Saludos, Amar. ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la danza?
Tomé mi primera clase de ballet a la
edad de 12 años en la Escuela del American Ballet, en 1993. Mi tío, Daniel
Catanach, era bailarín principal en el Kansas City Ballet y después de un
vistazo a mi estructura física, me dijo que estaba hecho para el ballet.
¿Por qué escogiste el ballet
a una edad que para muchos resulta tardía?
Aunque para algunos la edad de 12 años resulta tardía, la primera vez que
vi un video de ballet –"Agon", coreografía de George Balanchine–, me enamoré de esta forma de arte escénico. No
me importaron los desafíos que me esperaban, ¡tenía que bailar! Pero, ¡ay!,
hubo muchos desafíos.
Eres fruto de una mezcla étnica muy interesante,
incluyendo una madre puertorriqueña. ¿Cómo eso ha influido en tu estilo?
Tengo una mezcla étnica interesante, tanto puertorriqueña como de Trinidad
y Tobago. Ambas culturas rebosan alegría, amor y ritmo. Lo he aplicado a la
forma en que bailo, por suerte, las virtudes de cada descendencia sobresalen.
Como
bailarín, ¿cuál ha sido tu mayor logro y mayor frustración?
Mi mayor logro es haber sido
nombrado bailarín principal en el New York City Ballet. Fue la primera compañía
que yo vi bailar y supe, desde el primer momento, que quería bailar solamente
para esta agrupación. Mi mayor frustración es el no haber descubierto el ballet
a una edad más temprana.
Amar Ramasar en "Agon" de George Balanchine. Foto: cortesía de Paul Kolnik |
¿Qué
te ha aportado el New York City Ballet?
Me ha ofrecido la oportunidad de
interpretar un repertorio incomparable. Al mismo tiempo, me ha transformado en
un bailarín mucho más versátil.
¿Es
cierto que el actual director del Next Generation Ballet, Philip Neal, fue tu
profesor en el New York City Ballet? ¿Cómo recuerdas esa experiencia?
Fui uno de sus estudiantes. Es un
gran maestro y todavía me parece escuchar su voz cuando bailo ciertos ballets.
¡Espero hacerlo sentir orgulloso!
¿Cómo has vivido tu carrera?
¡Trabajando duro! El ballet es una forma de arte extremadamente difícil y he
tenido que dedicarle mi mente, mi cuerpo y mi alma. Al haber comenzado tan
tarde, había muchos aspectos en los que tenía que ponerme al día. No me
malinterpreten, la vida necesita equilibrio y de igual forma el ballet, y, dado
que ésta es una carrera corta, también es importante divertirse.
¿Tu
relación con el dolor y el ballet?
La relación entre el dolor y el
ballet es más que una relación, ¡es un matrimonio! A lo largo de toda la
carrera de un bailarín, es inevitable el dolor diario. Uno debe amar mucho el
ballet para poder soportar los torturantes dolores que sufre nuestro cuerpo.
¿Cómo defines tu estilo?
Es una pregunta difícil. Sí, soy una bailarín de ballet. Sin embargo,
considero, que en la actualidad, el ballet ha incorporado todos los estilos de la
danza. Es por eso que he tratado de tomar de todos y canalizarlos en mi
movimiento. Tal vez mi estilo sea el de un bailarín híbrido de ballet. No estoy
seguro de cómo poder llamarlo.
¿Bailas lo que realmente te gusta o existen roles que te interesaría
desempeñar y nunca los has interpretado?
He sido muy bendecido con interpretar
múltiples papeles en todos los espectros del ballet; uno que todavía estoy
esperando bailar es el Pas de deux Diamonds, de George Balanchine. En realidad,
me sentí inspirado en ver a Philip Neal representarlo; su interpretación fue estupenda
y me infundió deseos de bailarlo algún día.
¿Han creado algún rol específico para ti?
Uno de los mayores honores que atesoro
junto a mi corazón es el haber estrenado papeles específicamente creados para
mí por coreógrafos importantes de nuestro tiempo, entre muchos otros, Chris
Wheeldon, Alexei Ratmansky y Justin Peck.
¿Cuáles son las obras que más disfrutas?
Por supuesto, las coreografías de George Balanchine y Jerome Robbins han sido mis primeros amores.
Si bien, puedo considerarme sumamente afortunado de que todas las obras nuevas
que he llegado a bailar tienen algo que ha ocupado un lugar especial en mi
corazón.
¿Alguna compañera de baile favorita?
El haber sido partenaire de todas
las más recientes bailarinas principales del New York City Ballet ha sido un
gran honor para mí, y me resulta imposible elegir una sola como la favorita. Cada una tiene cualidades maravillosas y únicas, algo que para un compañero de
baile ¡no tiene precio!
¿Qué
significa para ti bailar con Sara Mearns?
Sara Mearns y yo hemos mantenido una
larga y maravillosa relación bailando juntos. Siempre me atrajo su enfoque
libre y audaz del ballet. Es fenomenal dentro y fuera del escenario.
¿Has tenido alguna experiencia con el Ballet Nacional de
Cuba y la escuela cubana de ballet?
Recientemente bailé en Cuba. Quedé favorablemente impresionado con la
compañía y la escuela cubana. Crean bailarines y artistas prodigiosos.
Si no hubieras sido bailarín, ¿qué te hubiera
gustado ser?
Si no hubiera sido bailarín, probablemente me hubiera involucrado en la
ciencia. Siempre fue mi asignatura favorita.
¿Algún sueño por realizar?
Un pequeño sueño mío ha sido interpretar un papel protagónico en Broadway
y, de hecho, ese sueño se hará realidad el año que viene cuando personifique a
Jigger Craigin en la obra "Carousel". ¡Soy muy afortunado!
¿Ya vislumbras el retiro a la edad de 36 años? ¿Cómo te gustaría fuera tu función
de despedida?
Al entrar en el mundo del ballet, sabía
que sería una carrera corta. Ahora que tengo 36 años, no me imagino bailando
más allá de los 40. En cuanto a una despedida, me siento humildemente honrado
de tener muchos ballets increíbles para escoger y ese es un problema igualmente
increíble que tendré que resolver.
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