viernes, 20 de enero de 2017

La crónica más larga. Periodismo cubano en el exilio

: "Podía haber elegido otro título, pero este creo que recoge la sensación de cansancio que embarga a la mayoría de los cubanos, cansancio de ver que las cosas siguen igual, cansancio de ver que la gente sigue perdiendo la vida en el camino, que las familias siguen separándose por el interés de unos cuantos", Fabio Murrieta

Por Leonardo Venta

Escribir una reseña sobre una antología –refiriéndonos a la evaluación del libro en contraste con el esfuerzo y la habilidad que requiere de parte del editor combinar textos para abrigarlos en un nuevo refugio– no es tarea fácil. Habrá algunos que nos parecerán mejores. No creo sea un misterio el que esto ocurra. La afinidad de ideas, el interés que ciertas temáticas despierten en nosotros, así como su estilo, determinan en parte nuestras preferencias y aversiones.
            Si hay un libro recientemente publicado que ha despertado mi interés es La crónica más larga. Periodismo cubano en el exilio (noviembre de 2016), una antología editada y con prólogo del ensayista, crítico, editor e investigador literario Fabio Murrieta, director de la editorial Aduana Vieja (España).
            En el prólogo, el autor expresa: "Es un libro que se puede leer como se lee un diario. Desde el principio hasta el final, o viceversa, se puede comenzar por las últimas páginas y llegar al comienzo, porque no hay sincronía ni más lógica que la de la libre asociación".
            Según Murrieta, si existe algún mérito en la obra es el haber intentado, al decir de Gastón Baquero, "un periódico sin fecha", que se propone "recuperar para el lector contemporáneo, el que está en la Isla, y el que vive fuera de ella, una serie de textos que le van a permitir, en algunos casos conocer por primer vez, o en otros casos reencontrarse, con historias, recuerdos, sucesos y personajes desde la perspectiva que aporta el exilio".
            Como lectores, perseguimos voces –internas y externas–, quizá inconscientemente, con las que podamos identificarnos; escombramos modos que impresionen nuestros sentidos. En esa susodicha búsqueda, si el destierro para algunos se repliega en la asfixiante nostalgia, esta recopilación de textos de periodistas de la diáspora cubana, en palabras de su editor, "la mayoría de las veces es un punto de vista privilegiado, por la libertad, la riqueza de matices y de fuentes, la claridad, el temple y la serenidad que aporta la distancia, sea forzosa o voluntaria".
            La crónica más larga... contiene 53 artículos de un casi igual número de autores. Algunos aparecen con más de una obra, según el editor, "por razones temáticas". Encabeza el libro, "Despedida de los lectores", la carta que dejó Gastón Baquero al habanero Diario de la Marina, del cual era Jefe de Redacción, al partir al exilio en 1959, cuyo contenido es un verdadero manifiesto ideológico: 'Vale más morir junto a una idea vencida, en la cual se cree todavía, que unirse al carro victorioso que pasa, renunciando a tener ideas, a defender una ideología, a proclamar la visión propia y sincera que se tiene de los hombres y del mundo".
            "(...) me detengo sobre cada golpe de tecla con pudor (...) tratando de pensar en su literatura ya no como el manuscrito o el libro recién publicado del amigo, sino como una parte del controversial canon que puede conformarse para las letras cubanas, incluyendo, por supuesto, las de las dos orillas", expresa la profesora, periodista, ensayista e investigadora literaria Madeline Cámara, en su trabajo "Otro encuentro con Carlos Victoria", un obituario donde examina el estilo del escritor camagüeyano que abandonó Cuba durante el llamado Éxodo del Mariel, al mismo tiempo que rescata memorias compartidas.
            "Estoy honrada de participar en esta nueva edición de Aduana Vieja. Era necesario hacer ese reconocimiento a una producción tan rica en las letras cubanas. Esperamos que pronto tengamos acceso a otra antología parecida sobre el periodismo cultural en la República, a mi juicio, nuestra edad de oro en ese género", nos indica la doctora Cámara. 
      Por su parte, el escritor, curador y crítico de arte Joaquín Badajoz analiza el éxito comercial y artístico del paisajista cubano en el exilio Tomás Sánchez, refutando, mediante un acertado análisis de la obra del pintor, el mito del mercado en la sociedad capitalista, que reduce al artista a una mercancía. "En un país que intentó imponerles a los artistas, durante cuatro décadas, la peregrina idea de que para danzar en el mercado era necesario prostituirse, hacer concesiones, empeñar el alma y el talento, el éxito comercial y artístico de Tomás Sánchez es, cuando menos, provocador", afirma Badajoz.
            La antología igualmente recorre temas como el deporte, la música, el cine, el ballet, la solidaridad, la economía y la política. En esos renglones, aparecen textos como "El 68 del béisbol cubano", de Roberto Madrigal; "La tarde que conocí a Beny Moré ", de Jorge Posada; "Juan Carlos Cremata sobre la censura en Cuba", de Luis Felipe Rojas; "Por qué los bailarines cubanos siguen escapando", de Roger Salas; "Algo más para la América Hispana", de Ángel Cuadra; "El fin del embargo", de Andrés Hernández Alende"; así como "Los cinco errores de Obama en su nueva política sobre Cuba", de Carlos Alberto Montaner, entre otros.
            Al preguntarle a Fabio Murrieta la razón por la que escogió incluir en el título de la antología la expresión 'la crónica más larga', refiriéndose al periodismo cubano en el exilio, reproducimos íntegramente su detallada respuesta, la cual, a nuestro juicio, resumen el contenido de este valioso libro:

 El exilio cubano por razones políticas comenzó en el siglo XIX. Durante todo ese período, los periodistas, economistas, sociólogos, analistas y escritores cubanos han estado dejando testimonio del fenómeno con sus textos. En todos se evidencia una unidad, basada en el deseo de poner fin a la separación de la comunidad cubana, de mantener vivas las tradiciones, de luchar por la libertad de expresión. La idea del título es precisamente esa, que todo el libro se puede leer como una crónica que dura ya demasiado tiempo.
No es sólo el exilio de los años sesenta, o el de los ochenta con el Mariel, o el de los balseros en los noventa del siglo pasado. Ahora mismo, hay miles de cubanos atrapados en las selvas centroamericanas y que intentan alcanzar los Estados Unidos.
El periodismo cubano en el exilio se ha enfrentado a una historia desgarradora, que es la historia de la separación y de la pérdida de las familias, de los seres queridos, de los sueños y de las ilusiones. Podía haber elegido otro título, pero este creo que recoge la sensación de cansancio que embarga a la mayoría de los cubanos, cansancio de ver que las cosas siguen igual, cansancio de ver que la gente sigue perdiendo la vida en el camino, que las familias siguen separándose por el interés de unos cuantos.
Cierra el volumen "Déjà vu", de Alejandro Río, reconocido periodista y crítico de cine residente en Miami, cuyo texto sugiere el concepto de tiempo cíclico, un eterno retorno, sin salida, tanto para el exilio como para una Cuba que "comienza una nueva década del siglo XXI en medio de un déjà vu colosal, donde todo se repite y la esperanza no se avista". Esperanza que, a nuestro juicio, es derecho inalienable de todo ser humano.

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