martes, 22 de mayo de 2018

El Ballet Nacional de Cuba presenta “Giselle” en Tampa

Después de 15 años de ausencia, el Ballet Nacional de Cuba vuelve a Tampa con la gema del ballet romántico “Giselle”, 
la obra más emblemática de su repertorio

Por Leonardo Venta 

“… Daniel Lesur, administrador de la Ópera [de París], se acercó a nuestra gran bailarina: ‘Alicia –le dijo– desde hacía mucho tiempo, desde el siglo pasado, Giselle era una pieza de museo, una cosa muerta. Usted con su genio, la ha revivido, nos la ha restituido. Gracias a usted la vimos esta noche como hubiese querido verla Théophile Gautier’. Creo que nada tendría yo que añadir a estas palabras”.
 Fragmento de la crónica “Como hubiese querido verla Théophile Gautier”, Alejo Carpentier


              ‘’Giselle’’, obra cumbre del ballet romántico, en cuyo rol protagónico la prima ballerina assoluta y directora del mundialmente aclamado Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, una leyenda viva de la danza clásica, debutara el 2 de noviembre de 1943 en el neoyorquino Metropolitan Opera House, llega a Tampa, después de 15 años de ausencia, para una presentación histórica, el miércoles, 23 de mayo, a las 8 p.m., en la Sala Morsani del Straz Center for the Performing Arts.
            Concebido por el poeta Théophile Gautier, el argumento de “Giselle” se inspira en las Lettres de l’Allemagne (Cartas de Alemania) de Heinrich Heine, del siglo XIX, cuyo lenguaje poético, henchido de referencias míticas y paisajes fantásticos, sustentó la imaginación creativa del libretista Saint George, así como la de los coreógrafos Coralli y Perrot, y, finalmente, conllevó a la revisión de Marius Petipa.
            La puesta en escena cubana en el Straz Center –una de sus solamente cuatro presentaciones en Estados Unidos este año, que incluyen el Kennedy Center, en Washington, D.C., y el histórico Auditorium Theatre, en Chicago– cuenta con la versión coreográfica de la Alonso en dos actos sobre la original de Jean Coralli y Jules Perrot.
            Los roles protagónicos serán interpretados por la primera bailarina Sadaise Arencibia (Giselle) y el bailarín principal Raúl Abreu (Albrecht). Además de su presentación el miércoles, la compañía ofrecerá una clase magistral el martes, 22 de mayo.

Fotografía inédita de la primera bailarina Sadaise Arencibia en el segundo acto de “Giselle”, 
cortesía del artista fotográfico Artyom Shlapachenko

            En la heroína de esta gema danzaria se combinan los dos grandes tipos de bailarinas. En el primer acto, es la campesina terrenal. Sin embargo, destella un implícito presagio etéreo desde el fondo de esa caracterización tan francamente humana. A su vez, tiene que hacer gala de una férrea técnica clásica y un variado prisma de emociones. Atraviesa sentimientos que van desde el amor ingenuo y la dicha compartida a la desilusión, la impotencia, la locura y la muerte.
            En el segundo acto, se transforma en un espíritu alado para hilvanar la más sublime poesía de la danza. Según el ya extinto Arnold Haskell, uno de los críticos más substanciales de la danza clásica, existe un fuerte lazo dramático entre el primer y el segundo acto. Giselle, transformada en espectro de los bosques, o willis, supera los obstáculos que le tiende el desamor y la muerte, pero, al mismo tiempo, se debate entre su nueva naturaleza espectral, sujeta a las exigencias de Myrta, la vengativa reina de las willis, y su inmenso amor por el príncipe Albrecht.
            En este espacio, he recogido impresiones de Ivonne Lemus, maître del Next Generation Ballet y otrora bailarina del Ballet Nacional de Cuba, la propia Sadaise Arencibia, que en 2009 fue promovida al rango de primera bailarina, así como de Judy Lisi, presidenta ejecutiva del Straz Center.
            “Todavía no se sabe si Alicia Alonso vendrá con la compañía. Encontrarme con ella y Pedro Simón, su esposo, en Tampa, sería muy emotivo para mí. Yo viví muy en el seno del Ballet Nacional de Cuba”, nos comenta Lemus. “Van a venir muchos bailarines que yo conozco, así como otros nuevos. Tengo que verla [Alicia Alonso], estar con ella, tocarla, darle las gracias por todo. Si no hubiera sido por Alicia, yo no fuera maître hoy. Ninguno de nosotros hubiéramos sobrevivido en este arte sin la formación que hemos recibido de Alicia”, agrega con contagiosa franqueza.
            En 2016, alrededor de esta fecha, Next Generation Ballet estrenó “Giselle” en el Straz Center, con tres funciones que evidenciaron la reputación que ha ido consolidando esta joven compañía, de la cual Lemus ha sido impulso vital por casi once años. Al respecto nos comenta: “Cuando yo monté este ballet a Next Generation Ballet, me remonté a Cuba con la mente, porque la escuela cubana de ballet le otorga a cada personaje de 'Giselle', por simple que sea, una estupenda precisión y profundidad en la caracterización”.
            Por otra parte, hemos sido sumamente afortunados al conseguir declaraciones desde La Habana de la primera bailarina que nos deleitará con la interpretación de un personaje que –al decir de Haskell– “hace o deshace la reputación de una bailarina”.


Imagen inédita de un pulido arabesque penché de Sadaise Arenciba en el ‘promenade’ 
del segundo acto de “Giselle”, cortesía del artista fotográfico Artyom Shlapachenko
               “Tengo varios roles favoritos, pero de los que he bailado mis preferidos son Carmen y Giselle”, nos confiesa Sadaise. “Para mí, bailar Giselle en esta gira significa un honor inmenso por varios motivos”, reflexiona cuando tratamos de indagar la trascendencia que tiene para ella esta su primera presentación en Tampa.
            “Giselle es el ballet ícono de Alicia Alonso, con el que se reveló como gran estrella, precisamente en Estados Unidos cuando era aún muy joven”, agrega la talentosa bailarina cubana. “Es una de las obras que más prestigio le ha dado al Ballet Nacional de Cuba como compañía, no sólo por lo que representa Alicia en “Giselle” para el mundo, sino también por las características de la versión. Además, este 2018 se cumplen 40 años de la primera vez que nuestra compañía actuó en Estados Unidos. Entonces, es una gran responsabilidad y un orgullo para mí ser la Giselle aquí”, añade para concluir su razonamiento.
            Desde otro ángulo, Judy Lisi, presidenta ejecutiva del Straz Center, también nos comenta sobre la histórica función que se nos avecina. “Cuando pienso en el Ballet Nacional de Cuba interpretando “Giselle” en el Straz Center –la obra más importante en la carrera de su directora artística Alicia Alonso– la frase que primero me viene a la mente es: ‘una oportunidad única en la vida’. Tendremos el privilegio de aplaudir a algunos de los mejores bailarines del mundo, formados bajo el legado de la prima ballerina assoluta cubana. Son sus descendientes directos. Ella les ha transmitido la impecable técnica del ballet clásico con el inconfundible y emotivo sello artístico cubano, el cual ninguna otra agrupación del mundo posee”, afirma. “Nos ha tomado tres años de ardua labor el traer a esta distinguida compañía, y cada paso que realicen sus bailarines sobre el escenario de la Sala Morsani nos certificará que el esfuerzo que hemos realizado en traerlos ha valido la pena”, concluye.

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