Enrique Pérez Mesa, director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba. Foto: J.M. Lennon |
Por Leonardo Venta
La Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSNC) inició su primera histórica gira de un mes por Estados Unidos el martes, 16 de octubre, en la sala Helzberg del Centro Kauffman de la ciudad de Kansas con hálitos de suspendidas emociones, edificantes anécdotas y un representativo repertorio clásico cubano y universal.
Tras su arribo a diversas localidades en los estados de Kansas, Illinois, Iowa, Maryland, New York, Pennsylvania, Massachusetts, New Jersey, Virginia, Alabama y Carolina del Sur, el alegórico galeón sonoro de la OSNC – con una tripulación de más de 70 instrumentistas patroneados por Enrique Pérez Mesa y Guido López-Gavilán –, hará la última escala de su travesía en la gran península bañada por las cálidas aguas del estrecho que comparte su floridana suerte con las costas septentrionales de la Mayor de Las Antillas.
Como parte de la primera presentación de la institución musical cubana en territorio estadounidense desde su fundación en 1960, el martes, 6 de noviembre, a las 7:30 p.m., se desperezarán los centenarios duendes que merodean los arcanos del Círculo Cubano de Ybor City en un programa de música de cámara para secundar desde esferas intangibles las ejecuciones de los músicos que abordan el navío de bandera cubana, al que se unirán miembros de la Orquesta de la Florida (TFO), institución generadora del quijotesco proyecto de intercambio plurianual entre la agrupación estadounidense y su similar en la isla.
Los residentes en Tampa y áreas aledañas podrán igualmente sentirse parte de la historia, el miércoles, 7 de noviembre, a las 7:30 p.m., en el Mahaffey Theater de St. Petersburg, en una presentación que incluye “Tributo a Lecuona” y “Guaguancó” del maestro Guido López-Gavilán, quien compartirá la batuta con Enrique Pérez Mesa.
El pianista invitado será Ignacio “Nachito” Herrera, graduado en el Instituto Superior de Arte de Cuba en piano, composición y dirección orquestal. Residente en Minneapolis, “Nachito” se ha granjeado la admiración y el respeto tanto del público como de la crítica estadounidense por su virtuosismo e intensidad interpretativa.
Asimismo, la velada incluye el danzón “El Médico de Pianos” de Jorge López Marín – autor contemporáneo de la isla, cuyo estilo evoca el de la música sinfónica de Amadeo Roldán y García Caturla –, así como “Obertura cubana” del estadounidense George Gershwin – inicialmente llamada “Rumba” – composición en que los sonidos del bongó, las claves, el güiro y las maracas esparcen cubanía con gracia, y a cuyas peculiares cadencias se integran contagiosos los oboes, flautas, clarinetes, bajos y contrabajos, trombones, tubas y tímpanos.
Completan el programa, la monumental “Sinfonía núm. 5” de Beethoven, que el escritor, músico y pintor alemán E. T. A. Hoffmann relacionara con “el mundo de los espíritus infinitos”; y la “Sinfonía núm. 4, Italiana” de Felix Mendelssohn, célebre por sus maravillosos paisajes musicales inspirados en los numerosos viajes del compositor ario; retos ambas para cualquier agrupación sinfónica y catadores idóneos de los múltiples gestos melódicos – de lo clásico a lo contemporáneo – que integran el inmenso ramillete de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.
La embarcación musical antillana concluirá su jornada en suelo norteamericano el domingo, 11 de noviembre, en el Kravis Center for the Performing Arts de West Palm Beach, antes de poner proa rumbo a la bahía de La Habana. En declaraciones exclusivas a este servidor, Ignacio “Nachito” Herrera manifestó su deseo de que esta gira sea “el comienzo de un largo final, la posibilidad de recibir en cuantiosas ocasiones a una orquesta de tanto prestigio”. Pronto le ofreceremos la entrevista que nos concediera el destacado pianista cubano.
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