viernes, 24 de diciembre de 2010

¿La verdadera Navidad?

 Una recreación de Santa Claus realizada por el pintor Habdon Sundblom para la campaña de Coca-Cola de 1931

Por Leonardo Venta

La Navidad es el día en que se celebra el nacimiento de Jesucristo (según los evangelios de San Mateo y San Lucas, aunque no mencionan fecha). Es curioso que el día de Navidad no fuera oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno se declaró el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento del Mesías.

Algunos estudiosos consideran que esta celebración surge como una forma de convenir a la iglesia cristiana con los ritos paganos. La celebración gentil más relacionada con la Navidad eran las Saturnales que se llevaban a cabo del 17 al 23 de diciembre en la antigua Roma en honor a Saturno, dios de la agricultura. Grandes banquetes y bebidas, loterías y juegos de azar, e intercambio de regalos, caracterizaban a estas festividades. Una fiesta de invierno similar –conocida como Yule–, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses, se organizaba en el norte de Europa.

En la Edad Media, la Iglesia añadió el Nacimiento y los villancicos a sus rituales navideños. Así también, el siglo XIX fue decisivo en la consolidación de la tradición de esta festividad. En éste, se generalizó el uso del árbol de Navidad, originario de zonas germanas, y se enviaron las primeras tarjetas postales. La primera se imprimió en Londres en 1846.

La popular imagen del regordete Santa Claus, con el raudo trineo, los inseparables renos y las bolsas abarrotadas de regalos, se asocia a la leyenda de Papá Noel, que procede, en parte, de San Nicolás. Obispo de Mira, capital de Licia, Nicolás IV es el patrón de Rusia y de los niños. Su culto es generalizado en Oriente y en Europa, especialmente en Bori, Italia, donde se veneran sus reliquias.

Compras y precios en rebaja, días feriados en el trabajo, concebidos convites, embriagados efugios, interminables tendederas de postales cuyo destino final es el basurero, arbolitos de todos precios, derroche de rojo y verde, producciones de "El cascanueces" en la cartelera balletística, multicolores compromisos, remedados y maquillados estreses, innecesarios gastos, memorables rituales familiares, integran la interminable lista de elementos que definen en parte nuestra Navidad.

Como hemos ya leído, algunos no aceptan que Jesucristo haya nacido el día en que celebramos su nacimiento. Otros piensan que cualquier fecha es apropiada para ese fin. Nos preguntamos, pues, ¿cuál es el centro de nuestra Navidad, Jesús, los regalos, la familia, o el mismísimo Santa Claus? ¿Es la Navidad para todos? ¿Existe un genuino mensaje de amor detrás de cada guiño navideño?

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