La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

lunes, 24 de febrero de 2014

Un prematuro adiós a Philip Seymour Hoffman

Quizá lo más relevante en la carrera de Hoffman fue su capacidad actoral camaleónica. Cultivó todos los géneros, caracterizó los personajes más desafiantes y se las arregló para palpar la perfección con su singular genio interpretativo.

Por Leonardo Venta

Sin poder conciliar el sueño, el segundo día del segundo mes de este bisoño 2014, cuando el agradable olor de un refulgente tema comenzaba a seducir mi instinto de escritor, la sombría rígida prosaica mueca de un cadáver en ropa interior, con una aguja hipodérmica clavada en el brazo izquierdo, desvió abruptamente la feliz dirección de mi teclado dominical hacia el cuarto de baño de un apartamento de la calle Bethune, en el neoyorquino barrio de West Village.


No fue un vandálico asalto ni una larga enfermedad, mucho menos un inesperado accidente de tráfico el que nos robó a la prematura edad de 46 años a este genio para el cual ni el cine ni el teatro ni la televisión eran ajenos, y que en todos los complejos papeles que eligió meticulosamente interpretar alcanzó la muy infrecuente codiciada perfección. Nos toca lamentar la muerte de Philip Seymour Hoffman a manos de los siempre malditos estupefacientes.

El cadáver del actor – quien alcanzara el pináculo de su carrera con la admirable caracterización del periodista Truman Capote – fue hallado por su amigo el guionista David Katz y otra persona, después de que no se presentara como estaba previsto a recoger a sus tres hijos, que nacieron de su relación con su exnovia Mimi O’Donnell. Los investigadores encontraron heroína en su domicilio.

Hoffman, después de haber superado por más de dos décadas serios problemas de drogadicción, sufrió una recaída en el 2013 que lo obligó a buscar tratamiento durante diez días en una clínica de desintoxicación. Según él mismo declaró a TMZ, el sitio Web más temido por las celebridades, su retorno a la fatal adicción comenzó ingiriendo pastillas y terminó esnifando heroína.

Esa siniestra vulnerabilidad a las drogas se generó en sus noveles años estudiantiles en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York. "Eran puras (drogas y alcohol), todo eso. Realmente, cualquier cosa que pudiera tener en mis manos... me gustaba todo", había confesado en 2006 al programa “60 Minutes”.

Además del Oscar alcanzado en 2006 por su actuación estelar en “Truman Capote” – que le valió asimismo el Globo de Oro y otros reconocimientos de la crítica especializada –, el actor y director nacido el 23 de julio de 1967 en Rochester (Nueva York), fue nominado tres veces al premio de la Academia, como actor secundario, por “La guerra de Charlie Wilson” (2007), “La duda” (2008) y “The Master” (2012).

Hoffman debutó como director de cine con "Jack goes boating" en el 2010. A su vez, trabajó habitualmente en calidad de actor y director artístico en los escenarios alternativos al Broadway oficial (Off-Broadway). En sus únicas tres temporadas teatrales en los escenarios que conforman el "Circuito de Broadway", obtuvo en todas las nominaciones a los premios Tony, los mas prestigiosos de la escena teatral estadounidense, por su Willy Loman en "La muerte de un viajante" de Arthur Miller, su intervención en "Largo viaje hacia la noche" de Eugene O'Neill, y "El verdadero Oeste" de Sam Shepard. En relación a su interpretación del personaje protagónico de “La muerte de un viajante”, el actor Steve Martin escribió en su cuenta de Twitter el pasado domingo: “Si usted no pudo asistir a su representación de Willy Loman, se ha perdido el mejor Willy Loman de todos los tiempos”.

En dos ocasiones fue nominado al premio Emmy, galardón que se concede en reconocimiento a la excelencia en la industria televisiva estadounidense. "Soy un perfeccionista, un problema si eres actor. Cada entrada en escena es la primera vez. Yo no repito tomas, sino que vuelvo a hacerlas. Son conceptos diferentes", detallaba en una entrevista concedida al suplemento "Tentaciones" del diario español El País.

La última actuación en el celuloide de este asombrosamente versátil actor fue “A most wanted man (El hombre más buscado)”, bajo la dirección de Anton Corbijn. El filme, perteneciente al género de suspenso, está basado en la novela del neerlandés John le Carré, donde un hombre mitad checheno y mitad ruso se inserta en la comunidad islámica de Hamburgo, Alemania, para convertirse en el eje de atención de los servicios de inteligencia europeos y estadounidenses. Por cierto, hace solamente dos semanas que Hoffman presentara este filme en el Festival de Cine de Sundance, el certamen de cine independiente más importante del mundo.