La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo”.
José Martí

jueves, 22 de noviembre de 2012

El XXIII Festival Internacional de Ballet de La Habana y su gran sorpresa




Alicia Alonso, a pocos días de cumplir 92 años, y Jorge Vega en "Retrato para el recuerdo". (Al fondo, María Elena Llorente y Osmany Molina)
Por Leonardo Venta

El domingo, 28 de octubre de 2012, dio inicio la vigésima tercera edición del Festival Internacional de Ballet de La Habana, con una gala en el Teatro Nacional. La entrada triunfal al escenario de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), fue precedida por el desfile de varias generaciones de bailarines cubanos al compás wagneriano de la Gran Marcha de la ópera Tannhäuser. La Alonso, próxima a los 92 años, fue traída de brazos al encuentro con dos de sus antiguos partenaires: el francés Cyril Atanassoff, del Ballet de la Ópera de París, y el argentino Rodolfo Rodríguez.

La programación de la velada inaugural del festival irrumpió con “In the nigtht (En la noche)”, del afamado coreógrafo estadounidense Jerome Robbins. Con acompañamiento musical en vivo del joven pianista Leonardo Milanés, tres parejas – Yanela Piñera/Camilo Ramos, Sadaise Arencibia/Víctor Estévez y Viengsay Valdés/Arián Molina – bordaron con tierna serenidad  y agitación chopiniana la coreografía de Robbins que conforma el repertorio de la compañía caribeña desde hace varias décadas.



Coquetamente jalada de las trenzas, “La fille mal gardée” (1789), uno de los ballets clásicos más antiguos – coreografía de la Alonso sobre el original de Jean Bercher (bajo el seudónimo de Jean Dauverval), con las actuaciones de las primeras figuras del BNC Anette Delgado, como Lissette, y Dani Hernández, en el papel de Colin; así como la muy encomiada interpretación de Mamá Simone por el bailarín de demi-carácter Félix Rodríguez –, dio un añoso rumbo a la velada hacia la jocosidad, la teatralidad y la pantomima.



De esta forma, los teatros más importantes de la capital cubana – y como extensión, el de Cárdenas, en Matanzas – fueron testigos de 56 estrenos, de ellos nueve a nivel mundial, bajo el lema “de la tradición y los nuevos caminos”. La Alonso estrenó la ópera pastoral “Acis y Galatea", una de las obras más célebres de Georg Friedrich Händel, con un elenco de jóvenes bailarines cubanos. Del mismo modo, pestañeó por vez primera el pas de deux “Nosotros”, creado igualmente por la Alonso para Anette Delgado y Dani Hernández.

A su vez, para la gala dedicada al centenario del natalicio del escritor cubano Virgilio Piñera (1912-79), la directora de la compañía compuso “La destrucción de danzante”, inspirada en el poema homónimo de Piñera, con música de Héctor Villa- Lobos y la interpretación de Osiel Gounod. Además, se estrenó “Virgiliando”, obra de Iván Tenorio, inspirada en el poema “La isla en peso”, escrito por Piñera en 1979. Tenorio, junto a Gustavo Herrera y Alberto Méndez, integra la tríada sagrada de la coreografía cubana de las décadas del 70 y el 80.



Por su parte, arrancó un mar de aplausos el estreno en Cuba de “Memoria”, un solo del coreógrafo cubano Miguel Altunaga, a cargo de su coterráneo Carlos Acosta, uno de los mejores bailarines clásicos del mundo. El nuevo astro napolitano Luca Giaccio, asimismo, hizo su debut interpretativo en “La muerte de Narciso", otra pieza de la prolífera Alonso basado en un poema homónimo de José Lezama Lima, con música de Julián Orbón, estrenado en la edición 2010 del Festival.

Para despertar insulanas ovaciones, a las ya mencionadas luminarias cubanas, se unieron Xiomara Reyes, del ABT, y José Manuel Carreño, retirado de la misma compañía; así como los argentinos Paloma Herrera y Herman Cornejo del ABT; la japonesa Erina Takahashi y el español Esteban Berlanga del English National Ballet y el francés Angelin Preljocaj con su grupo.

El programa de la gran fiesta danzaria incluyó conjuntamente una gala por el 40 aniversario del montaje de “Giselle” por Alicia Alonso.  Del mismo modo, se presentaron las proyecciones fílmicas de "Fuenteovejuna" y "Carmen", dos de las creaciones de Antonio Gades. Como parte del tributo al "bailaor de la esencia andaluza", la compañía antillana interpretó la versión coreográfica realizada por él de "Bodas de Sangre", inspirada en la obra homónima de Federico García Lorca.

Si bien, lo más sobresaliente del recién concluido Festival Internacional de Ballet de La Habana fue la sorpresiva reaparición en escena de la mítica Alonso –  desbordando sus admirables ansias de rasguear hasta la postrera nota su arte y apego a la vida –, acompañada de personalidades clásicas del ballet cubano como María Elena Llorente, Marta García, Orlando Salgado, Lázaro Carreño, Jorge Vega y Osmay Molina, en una miniatura titulada “Retrato para el recuerdo”, al contagioso compás del "Vals de la Mariposa" de Ernesto Lecuona*, como parte de la gala en homenaje al centenario de la famosa danza afrocubana “La Comparsa” del compositor y pianista cubano más conocido y loado en el mundo.

 "Lo que sucedió en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana fue la apoteosis cuando (...) apareció en el escenario la prima ballerina assoluta", resaltó el periodista José Luis Estrada Betancourt , el cual  calificó de "interminable" la ovación otorgada por la audiencia a la Alonso. Pero, ¿qué no habría de sorprendernos de una mujer que se mantuvo bailando casi ciega superados los setenta años de edad?



* En su tercera visita a Cuba, a finales de 1918, hasta principios de 1919, la gran bailarina rusa Ana Pavlova bailó el “Vals de la Mariposa” en el Teatro Payret de La Habana, compuesto expresamente para ella por el maestro Ernesto Lecuona. Pavlova, para quien el coreógrafo ruso Mijaíl Fokin ideara el solo de ballet más famoso de todos los tiempos: “La muerte del cisne”, en 1905, es para muchos la mejor bailarina de ballet de la historia.

martes, 20 de noviembre de 2012

"Les Parapluies de Cherbourg", 1964, pour Jacques Demy



Dirección: Jacques Demy


Producción: Mag Bodard

Guión: Jacques Demy

Música: Michel Legrand

Fotografía: Jean Rabier

Montaje: Anne-Marie Cotret, Monique Teisseire

Interpretación: Catherine Deneuve, Nino Castelnuovo and Anne Vernon.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Nachito Herrera o la elocuencia del piano

Por Leonardo Venta

“Este es un momento histórico importante en mi vida profesional. No podré nunca olvidar ser el primer solista que la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba invita para realizar una gira de concierto en Estados Unidos", nos confiesa por vía telefónica el pianista Ignacio “Nachito” Herrera desde un ómnibus rumbo a la costa este, como parte de la comitiva sinfónica antillana, mientras las ventanillas del vehículo que lo transportan se motean de sol en el punto más alto de su elevación sobre el horizonte de Cleveland.

El músico (cuya ejecución del “Concierto núm. 2 de Rajmáninov” a la edad de 12 años con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba deslumbrara a sus coterráneos) derriba con su elocuencia nuestra inquisitiva turbación: “Todos sabemos históricamente que Tampa ha tenido un gran acercamiento con Cuba. Lo que estamos viviendo nos llena de orgullo al haber sido elegidos para ser partícipes de un momento histórico en la música cubana”.

No titubea al hablar. La pasión bulle en sus palabras. “Es un momento que lo hemos venido esperando por mucho tiempo. Poder mostrarle al público, en este bello país, que nosotros también tenemos una orquesta sinfónica nacional, con una calidad humana y profesional muy alta, así como nuestro gran esfuerzo para que finalmente se diera esta gira", puntualiza el pianista.

Con diván en White Bear Lake, Minneapolis y remembranzas en La Habana, “Nachito” habla con reverencia de sus pianistas preferidos: “En el jazz, de la vieja escuela, siempre me han gustado Oscar Peterson, McCoy Tyner; trasladándonos un poco a una generación más joven, me agrada seguir los pasos de Chic Corea y Herbie Hancock; hay un grupo joven muy destacado, Yellow Jackets, que para mí es uno de los más representativos de lo que es el ‘jazz fusion’. Te puedo seguir mencionando otros pianistas como Russell Ferrante… Joe Zawinul, Ray Charles”.

Luego califica de insigne a un grupo de cubanos virtuosos del teclado: “Tenemos obligatoriamente que mencionar a Rubén González, miembro ya fallecido del proyecto “Buenavista Social Club”, Joseíto González, Lilí Martínez; la leyenda del jazz y el ‘latin jazz’: el señor Chucho Valdés; Gonzalo Rubalcaba, para mí uno de los más grandes pianistas que ha dado Cuba y – ¿por qué no decirlo? – del mundo”.

Al preguntarle por el sello distintivo de la agrupación musical a la que se ha integrado como solista invitado y el programa escogido para esta primera gira, afirma: "La estrategia musical es mostrarle al público la diversidad del repertorio de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, desde una obra clásica tan compleja como la “Sinfonía núm. 5 de Beethoven”, o la “Sinfonía núm. 5 de Schubert”, como la “Rhapsody in Blue” de Gershwin, y de ahí realizar un salto gigantesco hacia nuestra isla linda y tocar un danzón de García Caturla, o un guaguancó sinfónico del maestro Guido López-Gavilán”.

Sigue discurriendo sobre lo que él considera rasgos distintivos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba: “Tenemos músicos de todas las edades, entre ellos tres o cuatro que son prácticamente fundadores. Nos nutrimos de la experiencia de los iniciadores y de la sangre joven de esos estudiantes que se acaban de graduar de las universidades de música, como el Instituto Superior de Arte”.

Rememora anécdotas de lo ya acaecido en la gira, matizando el tono de su voz con el edificante acento de la hermandad: “Al terminar la presentación de la orquesta en Iowa, que culminó con un danzón de García Caturla, mientras la audiencia aplaudía, un grupo de estadounidenses enarboló una bandera cubana bien linda y comenzó a gritar ¡Viva Cuba!, ¡Viva la música cubana!”.

Con respecto a la relación existente entre la llamada música clásica y la popular, expone: “Todo es posible cuando se tiene un dominio de la técnica del instrumento, técnica que sólo la da el estudio de la música clásica. Si podemos hacer un buen segundo movimiento del “Concierto núm. 2 de Rajmáninov para Piano y Orquesta”, después podremos interpretar bien un bolero o una balada, ya que todo se conecta. La música que hoy llamamos clásica, en mi opinión, es la madre de la música”.

Confiesa que le agrada todo tipo de género musical, si bien parece tener una atracción especial por el jazz en el sentido que le amplía la oportunidad de desarrollar la improvisación: “Me ayuda mucho en la coordinación de todas las ideas; es un estilo muy amplio, muy abierto, que permite explorar muchas variantes, incluyendo el ‘latin jazz’, donde se incorpora el sabor del piano cubano”.

En cuanto a su estilo, “Nachito” refiere que siempre se ha interesado por ser un ejecutante completo, no el mejor en ninguno de los estilos, puesto que eso resulta imposible: “Me considero un músico que se ha preocupado por mostrar solamente una cosa: la música es simplemente música. Siempre y cuando se tenga la habilidad y el deseo de interpretarla, podemos encontrar sonidos muy lindos tanto en una pieza clásica como en una balada. Por ejemplo, cuando Céline Dion hizo su versión de “All by Myself” del álbum 'Falling Into You' – una balada espectacular con una orquestación grandiosa basada en el segundo movimiento (Adagio Sostenuto) del “Concierto núm. 2 para Piano y Orquesta de Rajmáninov” –,  alcanzó el Grammy al Mejor Disco del Año en 1997”.

Concluye nuestra charla de guagua estadounidense con ajetreo cubano, entre el contoneo de instrumentos de cuerda, viento, percusión… equipaje, pestañazos de autopista y teléfono móvil; mientras imaginamos la virtuosa elocuente intensidad de “Nachito” frente a un piano en el Mahaffey Theater, en Saint Petersburg, el miércoles, 7 de noviembre.

“Hamlet, Príncipe de Cuba”


A la izquierda, Frankie J. Álvarez, un Hamlet cubanoamericano; Gisela Chípe, Ofelia; y Andhy Méndez, el Laertes cubano de la pieza shakesperiana.
Por Leonardo Venta

La première en español de “Hamlet, Príncipe de Cuba”, adaptada y dirigida por Michael Donald Edwards y con traducción al español por Nilo Cruz - ganador del premio Pulitzer 2003 –, los días jueves 3 y sábado 5 de mayo, a las 8 y 2 p. m., respectivamente, en el teatro Mertz de Sarasota, ha despertado el interés de los amantes de las artes escénicas en todo el estado de Florida.
Con la recreación de una de las tragedias más representadas de William Shakespeare, Donald Edwards envía un mensaje revelador de nuevas perspectivas, al mismo tiempo que mantiene intacta la esencia de la historia original. Temas tan tradicionales como la búsqueda del sentido de la vida cobran aliento en esta puesta. La ambivalencia entre vivir, dormir, soñar o morir, diserta el caos del alma, rebasando un marco intemporal y universal.

La acción shakesperiana, transpolada a la Cuba decimonónica, narra cómo el espíritu del príncipe Hamlet, luego de la muerte de su padre, desfallece, para luego estallar en un torbellino avasallador al descubrir que fue asesinado por su tío, quien anhelaba quedarse con la corona y su esposa Gertrudis (madre de Hamlet).

El afligido príncipe es tildado de loco. Mas, ¿es realmente locura la fiebre que le abrasa? La carga íntima que destila en sus célebres monólogos espolea la de los espectadores. Al vaivén de sus admoniciones, de su hondura reflexiva, cínica y pesimista, dudamos junto a él, cuestionamos la moral, lo prohibitivo, lo osado, lo transgresivo, la disyuntiva entre la deslealtad o la fidelidad, la justicia o la injusticia, la razón o la locura, la venganza o el perdón, el destino o el azar, la virtud o la perversidad, la responsabilidad o la libertad; incluso, calamos la espeluznante
 implícita presencia de la muerte.

Nilo Cruz tradujo especialmente para este audaz proyecto el clásico shakesperiano. "A medida que empecé a traducir Hamlet, no sólo me interesé en descifrar el lenguaje de Shakespeare y discernir la verdad en el ámbito de sus ideas, sino también en transmitir la seducción de sus palabras y honrarlo en la obra, al despertar emociones complejas y peligrosas que habitan en lo más profundo de la psique humana. En esta versión de Hamlet… el 'lenguaje académico' ha sido reemplazado por un lirismo tempestuoso con el que bien puede identificarse el espectador latino”, ha declarado el Premio Pulitzer.

“Cruz viajó expresamente a Sarasota para la función de apertura en inglés, en calidad de espectador y colaborador. Colaboró en el sentido de eliminar los elementos superfluos que no tenían nada que ver con lo que realmente la producción perseguía. Las dos primeras semanas de ensayo los actores nos reunimos para discutir la obra, emitir opiniones. En el proceso de ese experimento sugerimos agregar líneas que considerábamos necesarias. En su visita, Nilo se percató de que la obra que Michael había adaptado era algo diferente a lo que él originalmente había concebido. Una semana después del estreno recibimos otro libreto, con modificaciones realizadas por Nilo, que consideraba, nuestras sugerencias. En realidad, fue un trabajo colectivo de los actores, el director Michael Donald Edwards y Nilo Cruz”, expresó Andhy Méndez, el Laertes de la pieza teatral, en entrevista exclusiva concedida a esta publicación.

Méndez, graduado del Conservatorio de Artes Dramáticas de Nueva York, confesó sentirse sumamente satisfecho con este proyecto: “Es una bendición, como cubano, como actor, como hispano. Hacer Shakespeare a mi edad es un privilegio. No sólo hacerlo en lengua inglesa sino también en castellano, llevar una producción de ese calibre a una audiencia que nunca ha disfrutado de una obra shakesperiana en otro lenguaje.”

El reparto, encabezado por el ganador del premio como Mejor Actor en el Festival de Teatro Internacional de NYC Midtown 2010, Frankie J. Álvarez, un sugestivo Hamlet, lo completan Gisela Chípe, como Ofelia; Emilio Delgado, en el rol del rey Claudius; así como la actriz Mercedes Herrero en el papel de Gertrude. “Hamlet, Príncipe de Cuba” enarbola todas las credenciales para convertirse en la mejor puesta en escena dramática en nuestra área este 2012. Se presentará también en Miami.